Vuelven a asociar la falta de vitamina D con las muertes por coronavirus

Un estudio indicó que las poblaciones que registraron un nivel de vitamina D por debajo del promedio presentaron más fallecimientos por COVID-19.

Un estudio premiliar realizado por el Queen Elizabeth Hospital Foundation Trust y la Universidad de East Anglia de Reino Unido mostró que el bajo nivel de vitamina D en habitantes de 20 paises de Europa se podría relacionar con el gran número de muertes que trajo el COVID-19.

A pesar de que todavía no cuenta con la revisión y posterior aval de sus colegas, el estudio, titulado: El rol de la vitamina D en la prevención de la enfermedad mortalidad por enfermedad de coronavirus 2019, traería un nuevo dato al porque virus avanzó mucho más rápido que la respuesta humana para contenerlo.

Lo cierto, es que el estudio indicó que las poblaciones que registraron un nivel de vitamina D por debajo del promedio presentaron más fallecimientos por coronavirus. Petre Cristian Ilie, Simina Stefanescu y Lee Smith, autores de este informe, concluyeron: “El grupo de población más vulnerable para COVID-19 también es el que tiene el mayor déficit de vitamina D”.

Sin embargo, hace un mes y medio, en otro estudio realizado en Italia, habían presentado los mismos datos a los miembros de la Academia de Medicina de Turín, quienes consideraron los primeros resultados como ‘muy interesantes’.

Aunque desde @CoronaConsultas, un grupo de expertos multidisciplinarios y que aclaran todo tipo de dudas y brindan información sobre Covid-19 en redes sociales, lo desmintieron rápidamente: “No hay evidencia científica acerca de que la vitamina D reduzca el riesgo de infección por coronavirus. Solamente habla de sus efectos en pacientes con hipovitaminosis D, es decir, personas que presentan bajos niveles de esta vitamina”.

Además, la vitamina D es muy importante para el cuerpo de muchas otras formas. Los músculos requieren esta vitamina para el movimiento. Por ejemplo, los nervios la necesitan para transmitir mensajes entre el cerebro y cada parte del cuerpo, y el sistema inmunitario emplea la vitamina D para combatir los virus y bacterias que lo invaden. Junto con el calcio, la vitamina D ayuda a proteger a los adultos mayores contra la osteoporosis. La vitamina D se encuentra en las células de todo el cuerpo.

¿Qué alimentos son fuente de vitamina D?
Muy pocos alimentos contienen esta vitamina en forma natural. Los alimentos fortificados con vitamina D agregada aportan la mayor parte de esta vitamina en las dietas de las personas en los Estados Unidos.

Los pescados grasos, como el salmón, el atún y la caballa se encuentran entre las mejores fuentes de vitamina D.
El hígado vacuno, el queso y la yema de huevo contienen cantidades menores.
Los hongos aportan cierta cantidad de vitamina D. En ciertos tipos de hongos que ahora se encuentran a la venta, se aumenta el contenido de vitamina D al exponerlos a la luz ultravioleta.
Casi todo el suministro de leche de los Estados Unidos está fortificado con 400 UI de vitamina D por litro, así como muchas de las alternativas de origen vegetal, como la leche de soja, la leche de almendras y la leche de avena. Sin embargo, los alimentos elaborados con leche, como el queso y el helado, generalmente no están fortificados.
Además, ciertos cereales para el desayuno y algunas marcas de jugos de naranja, yogures, margarinas y bebidas a base de soja contienen vitamina D agregada. Consulte siempre las etiquetas.
¿Aporta vitamina D la luz del sol?
La piel produce vitamina D al exponerse directamente a la luz solar. La mayoría de las personas cumplen al menos en parte con su requerimiento de vitamina D de esta forma. La piel expuesta a la luz solar en ambientes interiores, a través de una ventana, no produce vitamina D. Los días nublados, la sombra y la piel de color oscuro también reducen la cantidad de vitamina D que produce la piel.

Sin embargo, pese a la importancia del sol para la síntesis de la vitamina D, es prudente limitar la exposición de la piel a la luz del sol para reducir el riesgo de cáncer de piel. Si se expone al sol apenas durante algunos minutos, use ropa protectora y filtro solar con factor de protección solar (SPF) 8 como mínimo. Las camas solares también permiten que la piel produzca vitamina D, aunque presentan riesgos similares de cáncer de piel.

Quienes evitan el sol o cubren su cuerpo con filtro solar o ropa deben incluir fuentes ricas en vitamina D en su dieta o tomar un suplemento. Los consumos recomendados de vitamina D están determinados sobre una suposición de una exposición escasa al sol.

¿Consumo suficiente vitamina D?
Como la vitamina D puede provenir del sol, los alimentos y suplementos dietéticos, la mejor forma de medir el nivel de vitamina D en la sangre es la denominada 25-hidroxivitamina D. Los niveles se indican en nanomoles por litro (nmol/L) o nanogramos por mililitro (ng/mL), donde 1 nmol/L = 0.4 ng/mL.

En general, los niveles inferiores a 30 nmol/L (12 ng/mL) son demasiado bajos para la salud de los huesos o la salud general, y es probable que los niveles superiores a 125 nmol/L (50 ng/mL) sean demasiado elevados. Los niveles iguales o superiores a 50 nmol/L (20 ng/mL) son suficientes para la mayoría de las personas.

Según estos parámetros, en los Estados Unidos algunas personas sufren deficiencia de vitamina D y casi ninguna registra niveles demasiado altos. En general, las personas jóvenes tienen niveles superiores de 25-hidroxivitamina D en la sangre que las de edad avanzada y los varones tienen niveles más elevados que las mujeres. Por raza, los negros no hispanos tienden a tener los niveles más bajos y los blancos no hispanos, los más altos. La mayoría de las personas en los Estados Unidos tienen niveles inferiores a 75 nmol/L (30 ng/mL) en la sangre.

Es posible que ciertos grupos no obtengan suficiente vitamina D:

los lactantes, pues la leche materna no es rica en este nutriente. Los lactantes deben recibir un suplemento de 400 UI de vitamina D por día.
los adultos mayores, porque su piel no produce vitamina D al exponerse a la luz solar con la misma eficacia que en su juventud, y sus riñones tienen menor capacidad de convertir la vitamina D a su forma activa.
las personas de piel oscura, porque su piel tiene menor capacidad de producir vitamina D por el sol.
las personas con ciertos trastornos, como la enfermedad de Crohn o la enfermedad celíaca, que carecen de un control adecuado de las grasas, porque la vitamina D necesita grasas para su absorción.
las personas obesas, porque la grasa de su cuerpo se adhiere a cierta cantidad de vitamina D e impide que ésta llegue a la sangre.

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