En su domicilio, aún conmocionada por el siniestro, la artista relata, “Gracias a Dios mi hijo y yo estamos bien, habíamos invitado un amigo de el a dormir. Por eso preparamos el cuarto y prendimos un espiral para que no hubiese mosquitos, finalmente no vino y el espiral se fue consumiendo y cayó en la cama causando las llamas en el colchón, nos despertamos entre las llamas y no pudimos sofocarlo.
Agradezco la solidaridad de mis vecinos que se sumaron de inmediato para intentar ayudar, pero era muy intenso y tóxico por lo que trate de persuadirlos, ya habíamos llamado a los bomberos, pero esa demora de 20 minutos hasta que llegaron fue definitoria para que el fuego se propague en todas las áreas. El altillo fue lo que hizo de chimenea a las llamas por lo que se suscribió a la habitación de mi hijo y a la bohardilla, donde los daños son totales. En el resto de la casa están dañados las puertas de madera y algunos muebles y todas mis pertenencias ennegrecidas por el ollín.
Son todas cosas materiales las que he perdido, pero yo soy artista y esto me hace pensar que ha sido por algo, seguramente al comenzar de nuevo vendrá lo mejor. Siento mucho el nido de colibríes que se destruyó y un cuisito que era mascota de mi hijo, los perros están bien.
En cuanto a mis Obras se quemaron, pero como mi atelier está en la parte de atrás del parque, otras quedaron resguardadas en mi Taller.
Mi hijo se shockeó mucho, pero está mejor ahora, se fue con el papá, y mientras tanto intento limpiar, para llamar a un ingeniero que revise toda la mampostería a ver qué sirve y que no, para empezar a reconstruir.
Quiero destacar a la Municipalidad que sin llamarlos, me mandaron un volquete y mano de obra para sacar los escombros. Acción Social me acercó un colchón y comestibles.
“A mis vecinos, que fueron muy solidarios y me hicieron el aguante. Paulina, Andrés, la familia González, Javier, Melisa, bueno perdón por no recordar a todos ahora… mi barrio es lo más…”, culminó Jole Ferraro.
