Capacitación en Manipulación Segura y Saludable de Alimentos en Funes
Faltaban algunos minutos para que comience el entrenamiento de Nigeria, el último en esta ciudad antes de partir a San Petersburgo, donde el martes se cruzará con la selección argentina en una verdadera final. Uno de los 14 ayudantes que tiene el entrenador, Gernot Rohr, traía y llevaba las pelotas y los elementos de la práctica. De repente, empieza a silbar una música conocida. “Vamos, vamos, Argentina”, estaba cantando, con una sonrisa en el rostro. Así de distendido está el ambiente en la práctica de las Águilas.
“Me acuerdo que hace unos años trabajé con un argentino, Franco Dolci, en Niza. Buen chico”, le dice a LA NACION el mismo que silbaba la canción argentina. Es Gines Bernard, uno de los 14 ayudantes que tiene Rohr en el cuerpo técnico nigeriano. Trabaja hace varios años con el técnico alemán, pero es francés, oriundo de Toulon. “Me encanta el rugby y Juan Fernández Lobbe es de mis favoritos”, agrega el ayudante de campo. Hace mención a Corcho, ex capitán de los Pumas, quien recientemente se retiró del club francés. “Me encanta el rugby. ayer perdieron con Escocia, vienen mal”, agrega. En eso parece estar más informado que la situación actual que atraviesa el seleccionado en Bronnitsy.
El mensaje de Mascherano tras la foto con Sampaoli: “La camiseta que representamos es más grande que cualquier interpretación”
Mundial Rusia 2018. Encuesta para LA NACION: la AFA de Tapia y el DT Sampaoli son vistos como los culpables del mal momento de la selección
Bernard Gines, uno de los ayudantes del técnico nigeriano, un “fanático” de la Argentina Bernard Gines, uno de los ayudantes del técnico nigeriano, un “fanático” de la Argentina.
“Viene complicada la cosa en el Mundial, ¿no?”, le consulta a LA NACION. Pero poco le importa la respuesta. “Si salimos a la cancha como ante Islandia, no les resultará fácil”, se anima a arriesgar. Pero sus historias con la Argentina no terminan allí. Se aleja, pone unos conos y marcas en el piso y regresa a charlar. “¿Sabías que fui a ver el Mundial de Italia 90? Un amigo me consiguió entradas para el partido contra Brasil”, dice. “Caniggia”, grita, prolongando la letra final del apellido del goleador de aquella jornada en la vieja cancha de Juventus.
Mientras todo esto sucedía, el entrenador charlaba al costado del campo de juego con uno de los encargados de la logística de FIFA. “Después del partido volvemos acá. Será sólo un día. Ojalá que después vayamos a Kazán”, dice. Es que Nigeria ya se trasladó a San Petersburgo y se anima a soñar en lo que vendrá. En esa ciudad rusa será el partido de octavos de final que jugarán las Águilas. o la Argentina.
Así entrena Nigeria de cara al partido con Argentina 1:23
Mientras tanto, el equipo comienza a llegar al campo de juego. El mismo clima de distensión y entretenimiento que se vivió ayer, sucede hoy en el Essentuki Arena. Los futbolistas se diviertes, bromean con los fotógrafos y charlan entre ellos. El silbato suena y todos se reúnen en el círculo central. Una breve charla encabezada por el entrenador y a correr. Pasan los minutos y la práctica de cierra. Los medios (pocos, apenas siete personas) deben salir de la cancha. Lo mismo sucede con los voluntarios que acompañan al equipo en esta aventura mundialista. Para ellos el premio estará tras la práctica: se podrán sacar fotos con los jugadores.
Sin tener todavía indicios del equipo que jugará ante la Argentina, Nigeria se subió al avión luego de la práctica rumbo a San Petersburgo. Sabe que, si gana, se clasificará a octavos de final. Un empate lo dejará casi adentro (dependerá de que Islandia no le gane a Croacia y si lo hace, correrá la diferencia de gol). Así de tranquilos viven las Águilas. Internamente sueñan y no temen. “Por qué no repetir lo que hicieron Islandia y Croacia”, dicen pensando en el partido ante el seleccionado. Por qué no.
Fuente: LA NACION – Crédito: Santiago Filipuzzi