Mucha gente de distintos lugares de la ciudad llegó para ver esta tradición que se lleva acabo cada 8 de diciembre.

Tal como lo indica la tradición, los árboles navideños luminosos de la ciudad, entre ellos el Oroño y y Pellegrinise encendieron este martes por la noche, pocos minutos después de las 20. Pero, producto de la pandemia, no hubo fiesta ni show. La iluminación fue sorpresiva: en diferentes horarios cuando comenzó a anochecer.

“Fue la forma de evitar la aglomeración de gente”, destacó la secretaria de Cultura de la Municipalidad, Carina Cabo. Pero, más allá, de la imposibilidad de vivir un encuentro presencial con espectáculo, se mantuvo la mística y Rosario ya tiene sus cuatro árboles públicos iluminados hasta el Día de Reyes, el próximo 6 de enero de 2021.

Esta edición del encendido del enorme árbol de Oroño y Pellegrini fue especial: “Sin la adrenalina a full y a las corridas, como estábamos acostumbrados”, destacó Adrián D’Alessandro, de la Asociación Amigos del Parque.

Es que hace un año, por ejemplo, la historia fue diferente. Sin coronavirus, aquel domingo 8 de diciembre, desde las 18.30, la intersección fue escenario de un show artístico y musical que ofició de previa del encendido del tradicional árbol de Navidad, que cada año ilumina esa tradicional rotonda del parque.

Con entrada libre y gratuita, los rosarinos pudieron disfrutar de un espectáculo que fue in crescendo en cuanto a convocatoria con el paso del tiempo.

“Es que ya se había convertido en la segunda fiesta más importante en materia de convocatoria después de Colectividades”, Sumó D’Alessandro.

Sin embargo, muchos rosarinos se acercaron hasta la intersección en cuestión. “La gente pasó caminando, solo para observar y sin quedarse”, dijo la funcionaria.

Es más, el municipio dispuso un puesto fotográfico en la esquina de la plaza del Foro con el objetivo de obtener la mejor instantánea.

A comienzos de noviembre, quienes transitaban por ese lugar emblemático se sorprendieron al observar a empleados municipales subidos a una grúa, colocando la estrella mayor del arbolito. Y también tensando los cables para la posterior instalación de las luces led.

Se trata de 3 mil focos en base a un diseño que cumplió más de 40 años y que surgió como iniciativa de un grupo de trabajadores municipales de la Dirección de Alumbrado Público.

La estructura tiene más de catorce metros de alto y sus ramas superan largamente el diámetro de la rotonda de Pellegrini y Oroño, por lo que tiene el encanto de que los vehículos puedan pasar por debajo de las mismas.    

De una manera u otra, el público ya puede disfrutarlo, fotografiarlo y compartirlo con todo el mundo a través de las redes sociales, como ocurre con los ejemplares más pequeños de la plaza San Martín, las Cuatro Plazas y el Mercado del Patio.

Una tradición de la ciudad

En la emblemática estructura ubicada en avenida Pellegrini al 2100 se instalaron 3.000 lámparas halógenas que permiten a quienes circulan por las inmediaciones de la popular rotonda del parque comenzar a vislumbrar la llegada de la Navidad a partir del encendido de las luminarias.

El árbol de Navidad de Oroño y Pellegrini se instaló por primera vez en la década del ’70, a partir de una iniciativa de la Dirección de Alumbrado Público, repartición que sigue teniendo a su cargo el mantenimiento del mismo.

Este tradicional árbol, de 24 metros de ancho por 15 metros de alto, fue variando en su aspecto con el paso de los años, ya que en un principio sólo abarcaba el perímetro de la rotonda y en los ’90 se extendió hasta las veredas, con lo cual los vehículos pasan bajo las guías que sostienen las luminarias.