Newell’s y Central juegan un histórico clásico eliminatorio

Bauza y De Felippe hablaron de partido “disputado e intenso”. Ambos entrenadores advierten un juego típico de un clásico. Por eso el desafío de ambos equipos estará en ver de qué manera pueden romper los moldes, algo con pocas probabilidades, al menos en la previa, por la forma en la que vienen jugando. Son realidades similares, pero con metodologías diferentes.

En esos 90 minutos en los que las ambiciones se darán de frente con los temores lógicos los libretos futbolísticos harán de las suyas. El Patón apuesta a lo conocido, a esa doble línea de cuatro que hasta aquí pocos resultados le dio, al menos en los últimos encuentros. Don Omar piensa en aprovechar la velocidad en la contra, con la rapidez de sus extremos. Newell’s y Central. Un partido eliminatorio. A todo o nada. Por el orgullo lógico, pero fundamentalmente por la clasificación.

Si en la previa de un partido cualquiera resulta complejo aventurar lo que pueda suceder, en un clásico el grado de error se potencia. Igual vale lo realizado en lo que va del semestre por uno y otro como para lanzar alguna que otra especulación.

A Newell’s le está costando horrores amigarse con una idea de juego definida, más teniendo en cuenta la enorme diferencia en el rendimiento que muestra en el Coloso que fuera del mismo. Lo de hoy será una excepción, porque jugará a 300 kilómetros de Rosario, pero hará las veces de “local”. Igual es un mero detalle. La intención de defenderse bien y aprovechar el traslado en velocidad, con Amoroso por derecha y Fértoli por izquierda, siempre y cuando jueguen los dos. Incluso en uno de esos andariveles podría darse un duelo interesante. Porque Parot tendrá la dura misión de contener a Joel y el jugador leproso tapar las subidas del chileno, que es uno de los futbolistas que más y mejor se proyectan.

El abastecimiento para los delanteros será clave también, más por el lado de Central que de Newell’s. Es que el canalla deja mucho que desear en ese rubro. Con el esquema 4-4-2 que presentará hoy el equipo necesitará ser ancho, pero también profundo, cosa que hasta aquí le costó bastante. De lograrlo podrá lastimar a una defensa que ya demostró grietas cuando se la exige.

Para Newell’s el negocio será la velocidad por las puntas, pero el tránsito rápido por el centro podría transformarse en un plato tentador. Con Ortigoza y Gil en esa zona, cualquiera que le imprima velocidad y decisión puede lastimar.

Después, un error, una pelota parada o cualquier otra cosa servirá como vía de escape ante una situación de tensión como lo serán los 90 minutos de esta tarde en Sarandí. Newell’s y Central, la hora de jugar. Por el orgullo y la clasificación a semis.

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