El acuerdo se gestó durante la reciente Copa del Mundo entre el padre del astro, Jorge Messi, y los principales directivos de la institución.
La extensión del contrato, cuyo vencimiento original está previsto para mediados de 2023, se firmará al regreso de Lio de sus vacaciones y en un encuentro con el dueño del PSG, el jeque qatarí Nasser al-Khelaïfi, y el director deportivo, Luis Campos.
“Quedamos en que hablaríamos después del Mundial. Lo he dicho mil veces: él está muy feliz en el club, está haciendo una muy buena temporada. Creo que tiene ganas de quedarse”, había adelantado Al-Khelaïfi hace dos días en la emisora de radio RMC.
Luego de una primera temporada sin el brillo esperado, en la actual campaña Messi recuperó su brillo y regresará al club envuelto en la gloria de la Copa del Mundo de Qatar. Con ese empuje, el PSG se ilusiona con cumplir el sueño que persigue desde hace varios años: la obtención de la Liga de Campeones de Europa.
En los últimos tiempos habían corrido dos rumores fuertes: el de su regreso a Barcelona, de España, por un lado; y su incorporación a un club de la Major League Soccer de Estados Unidos, por el otro.
El relato de Hernán Casciari que emocionó a Lionel Messi y a Antonela Roccuzzo: “Lo escuchamos y nos pusimos a llorar”
El escritor relató un extracto de “La valija de Messi” en Perros de la Calle, el GOAT lo escuchó con su esposa y le envió un audio a Andy Kusnetzoff en agradecimiento.
Días atrás en el programa radial Perros de la Calle, Hernán Casciari leyó un fragmento de La valija de Lionel, una crónica dedicada a Messi tras el triunfo de la Selección Argentina en el Mundial Qatar 2022. Enterado, “La Pulga” envió un mensaje de WhatsApp al ciclo y emocionó a todos
Lionel Messi y la selección argentina campeona del mundo tuvieron que terminar su caravana de celebración este martes con un sobrevuelo en helicópteros sobre una Buenos Aires desbordada con más de 5 millones de hinchas, sin poder llegar al legendario Obelisco como estaba previsto. Al cabo de casi cinco horas de recorrido en un autobús descapotable que se movía prácticamente a paso de humano, los jugadores renunciaron a proseguir por tierra su trayecto que había comenzado en el predio de la Asociación de Fútbol Argentino (AFA) en Ezeiza, periferia de Buenos Aires, a unos 30 kilómetros por carretera del centro de la capital.
Después de esto, Messi viajó a Rosario para reencontrarse con su familia, para las fiestas con los suyos como suele hacer todos los años. Allí, en la tranquilidad de su hogar, escuchó el relato que realizó Casciari, quien también vivió en Barcelona durante 15 años.
Debido al triunfo de la Selección, Casciari aprovechó su columna habitual en Perros de la calle, el ciclo radial conducido por Andy Kusnetzoof, y narró un texto llamado La valija de Lionel, un adelanto de un cuento más largo que se leerá en la revista Orsai que dirige.
“Yo me quedó en shock”, contó el locutor, a la vez que pidió que pusieran al aire el audio enviado por Messi. “Te quería manda este audio. Nos levantamos con Anto, estábamos tomando mate y me puse a mirar un poquito TikTok. Ahí vi la historia que contaste”, comenzó diciendo el mejor jugador de fútbol del mundo.
“Anto me mostró lo de Hernán, lo que escribió, lo que contó, cómo lo contó. La verdad que fue impresionante. Nos pusimos a llorar los dos porque es algo muy cierto y muy emotivo lo que cuenta. Quería mandarles un saludo y agradecerles”, expresó mientras Casciari y Kusnetzoff se hundían en un mar de lágrimas. “Es muy grande”, dijo Andy, a lo que Hernán agregó: “Es el ‘ya está’ que hace Lionel”.
Más tarde, a través de Twitter, el periodista expresó: Dice Leo Messi en un audio de Wasap que un cuento mío los hizo llorar, a él y Antonella, esta mañana mientras tomaban mate. ¿Saben dónde estamos? En Argentina”. Por su parte, desde la cuenta de Perros de la calle, dijeron: “Es algo insólito y hermoso”.
Qué dice La Valija de Lionel
“Es algo que tiene que ver más que con el ahora con el principio de todo. Yo me acuerdo y sé que vos Andrés vas a entenderlo porque tenés ese amor por Barcelona tan grande. Los sábados del año 2003 a la mañana en el canal TV3 de Cataluña, el canal estatal, se transmitía en directo los partidos de las inferiores del Barça, los sábados a las 11:30 y los domingos a las 9:30. En los chats de argentinos emigrados se repetían dos preguntas, cómo hacemos dulce de leche hirviendo latas de leche condensada era la pregunta número uno porque estábamos desesperados, y a qué hora jugaba el chico rosarino de 15 años que hacía goles en todos los partidos. Eran las dos preguntas más fuertes”
“En la en la temporada 2003-2004, Messi jugó 37 partidos en el Juvenil A, Juvenil B, Barça C y Barça B y en esos 37 partidos convirtió 35 goles. El rating matutino de la televisión catalana esos sábados superaba al rating del prime time de la noche. Mucha gente empezaba a hablar de este nene; en las peluquerías, en los bares, en las tribunas del Camp Nou. Se hace hablaba, había un rumor. El único que no hablaba era él. En las entrevistas post partido a ese nenito, todas las preguntas las respondía con un sí, con un no, a veces decía “gracias” y después bajaba la vista. No hablaba mucho. Los argentinos emigrados hubiéramos preferido a un charlatán. Pero había algo bueno, cuando por fin hilvanaba una frase más o menos larga se comía todas las eses y decía “ful” en lugar de “falta” y decía “gambeta” en lugar de “regate.”
“Nosotros descubrimos con mucho alivio que ese nene era de los nuestros. Era de los que teníamos la valija sin guardar. Quiero explicar esto: en esa época había dos clases de inmigrantes en Barcelona, estaban los que cuando llegaban a Barajas o al Prat guardaban la valija en el ropero bien lejos, olvidándose de Argentina y empezaban a decir, “vale tío”, “hostia” inmediatamente y después estaban los que teníamos la valija al lado de la puerta, sin guardar, los que manteníamos las costumbres, por ejemplo el mate o el yeísmo, decíamos todo el tiempo “lluvia”, “calle”, para no olvidarnos de que hay que hablar con la “lle”.
“Y entonces empezó a pasar el tiempo para todos. De repente, Messi, ese enanito adolescente, se convirtió en el 10 indiscutido del Barça y llegaron las ligas, los trofeos, las Copas del Rey, llegaron las Champions y tanto él como nosotros, los inmigrantes, supimos que el acento era de todas las cosas lo más difícil de mantener. Nos costaba a todos seguir diciendo “gambeta” en vez de “regate” porque cuando pasa el tiempo te imbuís en la sociedad que te acoge, pero al mismo tiempo sabíamos que era nuestra trinchera final, seguir manteniendo el yeísmo y nuestra forma de hablar. Y Messi increíblemente fue nuestro líder en esa batalla. El chico que no hablaba nos mantenía viva la forma de hablar. Así que de repente ya no solamente disfrutábamos del mejor jugador que habíamos visto en la vida, porque ir al Camp Nou en esas épocas era increíble sino que también vigilábamos que no se le escapara nunca un modismo español en ninguna entrevista, celebrábamos cuando seguía hablando igual y además de sus goles celebramos que en el vestuario siempre tuviera el termo y el mate, que jamás cambiara eso.”
“De repente, Messi se convirtió en el humano más famoso de Barcelona pero igual que nosotros nunca dejaba de ser un argentino en otra parte. Su bandera argentina en los festejos de cada copa europea nos maravillaba, su desplante cuando fue a jugar a Beijing 2008 a ganar el oro por Argentina sin permiso del club. Ah, ¡qué maravilla! Sus navidades siempre en Rosario, a pesar de que tenía que jugar en enero en el Camp Nou un torneo que se juega siempre el 4-5 de enero. Él nunca dejó de ir a Rosario a pasar la Navidad, todo lo que hacía era un guiño para nosotros, los que en el año 2000 habíamos llegado con él a Barcelona”.
“Es dificilísimo explicar cuanto nos alegró la vida a los que vivíamos lejos, cómo nos sacó del hastío de una sociedad monótona, de qué manera nos ayudó a no perder la brújula… Un nene chiquito, que no hablaba. Messi nos hizo felices de una forma tan serena y tan natural y tan nuestra que cuando empezaron a llegar los insultos desde Argentina no lo podíamos entender. “Pecho frío”, le decían, “solamente te importa la plata”, “quedáte allá en Europa cipayo”, le decían, “no sentís la camiseta”, “sos gallego, no sos argentino”, “si alguna vez renunciaste pensálo otra vez”, “mercenario”. Yo viví 15 años lejos de Argentina y no se me ocurre, les juro, eh, no se me ocurre pesadilla más espantosa que escuchar voces de desprecio que llegan del lugar que más amás en el mundo. No hay dolor más insoportable que oír en la voz de tu hijo la frase que escuchó Messi de su hijo Thiago cuando tenía seis años: “¿Papá, por qué te matan en Argentina?” Se me corta la respiración, no puedo…”
“Yo tengo dos hijas, una es catalana y si cualquiera de mis hijas me dijera algo así yo terminaría invadido por el rencor, no podría seguir viviendo. Por eso la renuncia de Messi en 2016 a la Selección Argentina fue casi un alivio para nosotros los inmigrantes. No podíamos verlo sufrir así, porque sabíamos cuánto amaba a su país, sabíamos desde los 15 años el esfuerzo que hacía para seguir siendo argentino, para no romper el cordón umbilical. Cuando renunció en 2016 fue como si de repente Messi hubiera decidido sacar un rato las manos del fuego, pero no las de él, las nuestras. A nosotros nos quemaban esas críticas indolentes, esos hijos de puta que decían esas cosas.”
“Y ahí en ese momento de la historia ocurre, me parece a mí el hecho más insólito y más hermoso del fútbol moderno, la tarde de 2016 en la que Messi se cansó de los insultos y decidió renunciar. Un nene de 15 años, le escribió una carta por Facebook que terminaba diciendo “pensá en quedarte, pero quédate para divertirte Lionel qué es lo que esta gente te quiere quitar”. Siete años después, el autor de esa carta, Enzo Fernández, resultó el jugador revelación del Mundial que ganó Lionel Messi porque Messi volvió después de esa renuncia casi inmediatamente a la Selección.”
Y lo dijo él mismo, volvió para que los chicos que le mandaban cartas y que le dejaban mensajes no creyeran que rendirse era una opción en la vida. Volvió por eso, y al volver ganó todo lo que le faltaba y todo lo que le importaba ganar y cerró las bocas de sus detractores. No todas porque algunos incluso, durante el Mundial, lo encontraron por primera vez vulgar frente a un micrófono, fue cuando dijo “que mirá bobo, andá pa allá”. Para nosotros los inmigrantes, los que vigilamos su acento durante 15 años, esa fue una frase perfecta porque se comió todas las eses y porque su yeísmo sigue intacto. Nos alegra confirmar que sigue siendo el mismo que nos ayudó a ser felices cuando estábamos lejos de casa”.
“Ahora algunos inmigrantes ya volvimos, otros se quedaron en España, pero todos disfrutamos ver a Messi volver a su casa con la Copa del Mundo en su valija sin guardar, porque nunca guardó su valija. Esta historia épica no hubiera ocurrido nunca si el Lionel de 15 años hubiera escondido su valija en el ropero, si de chico hubiera sucumbido a decir, “vale tío”, “hostia”, pero nunca equivocó su acento, nunca olvidó su lugar en el mundo. Por eso la humanidad entera deseaba el triunfo de Lionel Messi con tanta fuerza, porque nunca nadie había visto en la cima del mundo a un hombre sencillo, a un tipo cualquiera. Y este 20 de diciembre, como cada año, fíjense esto, Messi vuelve de Europa para pasar la Navidad con su familia en Rosario, como siempre, para saludar a sus vecinos como siempre. Sus costumbres no cambian. Lo único que cambia es lo que nos trajo en la valija.”