Los equipos argentinos, a todo o nada en la Copa Libertadores: un mismo objetivo, 4 escenarios diferentes

Ganar el duelo de ida sin “peros” es un aliciente muy importante en la fase de eliminatorias de la Copa Libertadores. Básicamente, porque da la chance de afrontar la revancha en ventaja. Comenzar un partido arriba, desde el vestuario, es un plus muy grande en el fútbol moderno. River, el único que se impuso en el primer duelo entre los equipos argentinos, tiene ese margen de error antes de visitar al Inter en Porto Alegre, tiene esa llave.

¿Qué se le faltó al campeón del fútbol argentino en el primer choque en Núñez? Poco. Porque ni siquiera fue la falta de puntería lo que evitó una diferencia más abultada. Fue Sergio Rochet, el arquero uruguayo que parecía un muro, lo que postergaba el empate. Tal vez la eficacia sea lo que determine el final de esta serie. Lo que aproveche River, y cómo defienda en retroceso y la pelota parada.

A Boca se le notó el plan en Montevideo. Y el plan fue muy conservador. Ni más ni menos que primero cuidar el cero y después vemos. También se notó que cuando sacó sus cartas bravas, Valentín Barco, Exequiel Zeballos o Lucas Janson, hasta lo pudo ganar. El DT Jorge Almirón, evidentemente, pensó en la Bombonera como escenario para asumir riesgos. La apuesta, siempre que cedés noventa de ciento ochenta, es tan razonable como arriesgada.

¿Y qué tiene Boca para vencer a Nacional de Montevideo? Mucho. Se ha hecho fuerte en la Bombonera, tendrá a Edinson Cavani, ni más ni menos, y recambio de calidad para administrar las necesidades y los tiempos. La llave en este cruce es el área, y Cavani se entrena como para gobernarla. Almirón cree en el poder de fuego que se guardó. Es hora de que ponga en cancha todo lo mejor.

Racing debe aferrarse a una sensación, aunque solo haya sido una ráfaga. Puede hacerle más de un gol a Atlético Nacional de Medellín en Avellaneda. Y debe cambiar radicalmente la manera defenderse. Porque en Colombia se mostró expuesto hasta lo ridículo. El cuarto tanto de los colombianos es la síntesis de todo lo que no debés hacer en una instancia así. Y Fernando Gago debe tenerlo muy claro.

Con Roger Martínez desde el vamos, y paciencia -mucha paciencia-, Racing puede edificar una remontada, pero en noventa o en cien minutos. Si quiere resolver todo en 15′, sufrirá lo mismo que padeció en Medellín. Y un gol del visitante, que tiene dos a favor en el saldo, es sinónimo de eliminación. La llave de Gago es no perder la batalla contra el reloj.

Argentinos Juniors no culminó su obra ante Fluminense, da la sensación, por un par de desgracias. La plancha de Marcelo que lastimó de manera brutal a Luciano Sánchez fue una suerte de implosión dentro del estadio, y la roja de Alexis Arias que dejó al Bicho con un jugador de campo en el arco fue el tren que no dejó pasar el poderoso club brasileño.

Pero si algo tienen los de la Paternal es valentía, y recurso técnico. Tienen con qué para ilusionarse con un golpe histórico. El ADN es el mismo de aquellos triunfos memorables de 1985. Pasado y presente como sustento. Que elijan creer, sabiendo que enfrente estará un rival distinto, de corte más ofensivo.

Cuatro llaves para cuatro puertas. Misiones distintas. Cuatro técnicos que sueñan lo mismo. Otra semana se fábula para el fútbol argentino.