Cada martes, desde hace meses, distintas iglesias de la ciudad se empezaron a ver colmadas de personas. Sobran las reposeras, los mates y las charlas. De ser 70 fieles en las primeras reuniones en enero en la Catedral, a llegar a alcanzar 10 cuadras de cola. Todos y cada uno de ellos esperando ser tocados por sus manos. ¿Manos mágicas?
Leda Bergonzi es una mujer, como vos o como yo, de 44 años. De jeans y camisa blanca, sin túnicas ni velos. Es madre de familia, y emprendedora. Hace ocho años mientras rezaba una coronilla el Espíritu Santo se le presentó. Las personas con dones reniegan un poco de ellos, hasta que se vuelven inevitables.
Es la Iglesia la que la respalda y le reconoció los carismas de la liberación y la sanación. Leda es una laica que pone al servicio de la comunidad los dones que posee. Pero, como ella aseguró, no tiene poderes especiales: “Dios es el camino, la verdad y la vida. Esto es lo que yo transmito, y creo que lo transmití bastante bien”.
MARTES DE LEDA
Miles de personas asistieron este martes, en Rosario, a la ceremonia brindada por Leda, la rosarina laica, creyente, a la que le adjudican poderes sanadores mediante la fe. Luego de la celebración, Leda dialogó con la prensa y aseguró que no tiene poderes especiales, sino que: “Dios es el camino”. “Yo no me define, me define la gente y Jesús. Es él quien nos enseña a amar. Es el fruto del paso de Dios por esta comunidad”, dijo y envió un mensaje a la sociedad: “que le den una posibilidad a Dios. A veces luchamos por resolver los problemas y eso trae traumas y frustraciones. Cuando no den más, que le pidan a Dios que tome el control de la vida”. Al referirse a su influencia en los creyentes, Leda aclaró que “eso no es lo importante, sino el encuentro personal con Dios, porque resuelve las incógnitas”. Sobre los problemas que le comparten los fieles admitió que “yo no puedo solucionarlos. Sí sé dónde voy y quiénes me acompañan. Siempre entendí que Dios es el camino, la verdad y la vida y el que cambia la historia del hombre”. Leda contó que vive en un lugar alejado de la ciudad de Rosario y reconoció que “eso me llevó a tener una vida más tranquila”. Y concluyó: “Jesús está vivo, en medio nuestro. Hay que predisponerse a recibir la salvación. No es un mito, es parte de nuestra historia. Dios es inmensamente grande”. “Jesús está vivo, en medio nuestro. Hay que predisponerse a recibir la salvación. No es un mito, es parte de nuestra historia. Dios es inmensamente grande”. “Jesús está vivo, en medio nuestro. Hay que predisponerse a recibir la salvación. No es un mito, es parte de nuestra historia. Dios es inmensamente grande”.
LEDA
“Yo no sé qué hace ni qué me hizo pero sentí que mi cuerpo se desprendió de la tierra, me movilizó”, contó una señora que hace un mes que los “martes de Leda” se volvieron parte de su rutina. “Mi marido empezó a ver después de pasar por sus manos”, acotó otra desde lejos.
A metros del ingreso al templo, Graciela, dio su testimonio: es la tercera vez que acude a Leda para pedir por su familia y evitar una operación. Desde la mañana temprano la espera y el que espera, no siempre desespera, porque todo se aliviana al saber que recibirá la bendición: “El tema es venir y tener un encuentro espiritual con Dios, porque a veces en todo este proceso y los problemas económicos, la gente necesita volver a creer y sentir que se puede que no hay nada imposible. Lo principal es venir a buscar el encuentro con Dios”.
María se acercó a hablar: “Estaba mal psicológicamente y tenía un problema en la vesícula, era cáncer. Vine a ver a Leda, fui a cirugía y cuando el cirujano me operó, no encontró ningún tumor. La bola desapareció. El médico nunca entendió qué pasó. Yo estoy segura que fue Leda”. Los testimonios son muchos y distintos, pero todos tienen algo en común, aseguran que es “un antes y un después”.
Son 45 minutos aproximadamente en los que, con su voz fuerte y joven entona las alabanzas y da mensajes a los fieles con los ojos cerrados y un gesto que emana paz.
No hay nadie que no se sienta interpelado. La escuchan emocionados, arrodillados o con las manos en los rostros. Nunca canta la misma canción, cada mensaje tiene un principio y un final. Se la escucha hablar en lenguas que no son familiares, se trata del Espíritu Santo.
El canto nunca deja de acompañar la ceremonia. Leda comienza a bendecir, algunos caen de rodillas, otros se desmayan. La mayoría rompe en llanto. Cuando la conmoción pasa están listos para ir, recibieron la bendición y se retiran lentamente.
En el caso de Noelia, su vida cambió con un diagnóstico que indicaba un cáncer de mama: “Antes de hacerme la punción, vi a Leda. Ya había comenzado a rezar, a tener fe. Previo a hacerme el estudio me dijeron que no había nada que punzar, no se veía nada”. Desde ese momento tanto ella como su marido, se volvieron voluntarios de Soplo de Dios Viviente.
Soplo de Dios Viviente no solo es una comunidad que invita al recogimiento de la oración, sino que también, acompañan a los vecinos y las vecinas que atraviesan instancias difíciles. Aseguran que tienen documentados un centenar de sanaciones, algunas fueron protagonizadas por personas enfermas que confirman haberse curado tras recibir la bendición y otras son testimonios de cambios en el ánimo, en la forma de ver la vida, en la espiritualidad.
Es creer o reventar, hay quienes la siguen y a quienes no les interesa ni la seguirán. Lo único comprobable a mis ojos son las miles de almas que realmente necesitan o van en busca de su ayuda. ¿Por qué razón? ¿Tendrá un condimento especial que sea mujer y laica? ¿Será un puente entre la gente y la Iglesia? ¿Es un nuevo grito de fe? “Yo vivo el día a día. Mi vida es normal, salgo de acá, los chicos, la escuela. Tengo una vida totalmente normal, no vivo de esto”, asegura la protagonista.
Al «venirse preparado» que dijo un voluntario yo le sumaría tener paciencia y empatía. Son muchas las personas enfermas que juntan las pocas fuerzas que tienen para acercarse a la Iglesia, son ellos quienes deben ingresar primero. Si uno va a recibir una bendición ¿es oportuno pelear en la fila o querer cobrar por hacer una cola? A propósito, reitero, Leda no cobra por lo que hace, no vive de esto. “Esto es igual a ir al Padre Ignacio. Hay que tener paciencia, todos van a ser recibidos”, agregó el voluntario.
A Leda la motivan los milagros, las historias: “Todo eso me impulsa a seguir adelante y me demuestra que todo es posible”. Su mensaje es claro, que la gente se acerque a Dios: “A veces luchamos por resolver los problemas y eso trae traumas y frustraciones. Cuando no den más, que le pidan a Dios que tome el control de la vida”.
Muchas cosas que pueden discutirse, hay quienes miran con dudas este fenómeno. Están quienes creerán y quienes no lo harán, lo que es indiscutible es la convocatoria de Leda. El Municipio tuvo que tomar cartas en el asunto, los templos le quedaron chicos.
El fenómeno de Leda Bergonzi, la mujer a la que se le atribuyen poderes sanadores, convoca cada vez más creyentes.
¿Hay manera de explicar este fenómeno? “Esto es el fruto del paso de Dios por esta comunidad”, respondió. “El mensaje que quiero darle a la gente es que encuentre a Jesús. Cuando uno tiene un encuentro personal con Dios, va resolviendo todas esas incógnitas”.
Los próximos encuentros espirituales con ella serán en el predio de la ex Rural. Se dispondrá de dos galpones para aproximadamente 1300 personas cada uno, una vez llenos, habrá un recinto. Las puertas van a abrirse a las 15 hs y a las 17 hs comenzará su celebración, no habrá misa, solo se predicará, orará y realizará la bendición. Para acompañar las bajas temperaturas se repartirá mate cocido caliente.
Municipalidad de Rosario, junto con el arzobispado de la ciudad
El predio va a contar con ambulancias y pantallas para facilitar la visión de todos aquellos, que como cada martes, se sumarán a acompañar este nuevo grito de fe: Leda Bergonzi.
Para poder dar a basto con la demanda, la Municipalidad de Rosario, junto con el arzobispado de la ciudad autorizaron que los próximos encuentros espirituales sean en el predio de la ex Rural.
La decisión se tomó luego de que el pasado martes se registraran más de 10.000 personas en inmediaciones de la parroquia Inmaculada Concepción, en la que sucedió el último evento. Así, luego de una serie de reuniones con el ejecutivo local y el arzobispo Eduardo Martín, se decidió mudar la convocatoria al Parque Independencia.
De esta manera, el próximo martes 5 de septiembre Leda estará realizando su acción espiritual en el predio del Parque Independencia, que consiste en la oración cantada y posterior bendición, según informaron los integrantes del grupo de oración Soplo de Dios Viviente que encabeza la mujer.
¿QUIÉN ES LEDA?
Leda Bergonzi tiene 44 años y pertenece al grupo de oración Soplo de Dios Viviente, que según su propio testimonio, desarrolla hace 8 años actividades espirituales, de evangelización y caridad, cuando le llegaron los “carismas” de sanación y liberación.
Un comentario
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