La política moderna en Argentina es más complicada de lo que parece a simple vista, en épocas pasadas donde se votaban ideales y partidos políticos afines, las familias completas estaban identificadas y sabían a qué candidatos votar. Así las elecciones se disputaban entre fracciones políticas: Democracia Progresista, Peronismo, Unión Cívica Radical , etc.
En estos tiempos en que algunos candidatos migran de partido en partido buscando acceder a un puesto y no valores afines en pos del bien común, todo es muy sutil.
Por eso y para tamizar la cantidad de listas que accederán a un acto eleccionario general se implementó en nuestro país este sistema de Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias dónde cualquier ciudadano puede elegir candidato del partido que quiera.
La intención primaria de esta propuesta era para que cada uno acceda a la elección del candidato idóneo según su mirada entre las propuestas de su fracción política afín.
Pero las PASO no excluyen la transferencia de votos que pueden pasar de un candidato, coalición o partido hacia otros en la elección general.
En otras palabras, los votos de un candidato que pierde la elección interna no siempre se quedan en ese mismo partido. Aún no existen certezas sobre cuáles son los factores que impactan en eso, pero sí hay algunos indicios claros de que esto ocurre muy a menudo.
Observamos la transferencia de votos entre PASO y elección general a nivel municipal en anteriores elecciones.
Ahora estamos observando de dónde a dónde se transfieren esos votos, sabemos que las primarias operan de dos maneras.
Por un lado, si hay una única candidatura acordada, aportan información certera a la coalición o partido político de cuántos votos pueden obtener en la elección general, más precisa que una encuesta. Esta información puede ser útil para (re)calcular estrategias, fortalecer la campaña en zonas específicas y ampliar apoyos informales con otros actores políticos que queden relegados
Por otro lado, también dirimen una disputa interna entre líneas dentro de una coalición o partido, y consolidan un único candidato para la elección ejecutiva cuatro años después. Al menos, eso intentan, pero ahora se me plantea una duda que les voy a compartir.
En estas últimas elecciones de Funes, algunas fracciones políticas indicaron a sus militantes jugar en la interna ajena; Es válida la estrategia?, Si absolutamente y casi logran el objetivo de anular a un candidato, sin embargo, el perjudicado mayormente fue otro que según la lectura de los mismos actores no se buscaba sacar del juego político.
Además al jugar en otra Interna no se participa en la propia y son menos cantidad de votos en la sumatoria final de la lista que presenta esta dicotomía.
Es tan maduro el electorado funense para leer este resultado?
En una actualidad que sólo el exitismo se expone como logro, es muy difícil lograr que el votante común logre un análisis tan fino del resultado de una elección.
El que ganó votantes, aunque hayan sido desde otra fracción, los expone como logro propio. Quizás estos votantes migren nuevamente hacia su partido original en las próximas elecciones generales; o nó.
Pero nadie asegura que en el exitismo elegido por muchos ciudadanos, otros votantes no decidan votar al que más votos sacó en las internas.
Los votos no son cautivos y cuando no se elige por ideales migran de candidato a candidato según el humor del día.
Los resultados de estas internas jugadas en cancha ajena serán los buscados?, o cambiaran el resultado en las generales en forma adversa a las buscadas?
Esta respuesta la tendremos recién al finalizar el escrutinio de las elecciones generales.
A mí por mi edad y el gran respeto que le tengo a la Democracia me parecen estrategias interesantes, pero al ser tan tradicional, las creo muy peligrosas.
Pero hoy se quiere imponer en la política actual el viejo refrán del Martín Fierro, “..soy toro en mi rodeo y torazo en rodeo ajeno”, se dará así y el toro ganará su propio rodeo al final?
La respuesta la conoceremos recién el 27 de octubre de 2019, alrededor de las 23, 30 horas. Habrá que esperar.