Según estadísticas derivadas de hospitales urbanos en Argentina, del 10 al 45 por ciento de las embarazadas que son atendidas en estos centros, consumieron cocaína o marihuana durante la gestación. Los investigadores Cintia Konjuh, Lorena Micucci, Aristides Pochettino y Héctor Ricardo Girolami, de la Facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas de la Universidad Nacional de Rosario, que trabajan a su vez en el laboratorio de Toxicología del Hospital Centenario, llevan adelante el proyecto de investigación denominado “Detección de metabolitos de cocaína y marihuana en muestras de orina derivadas de los servicios de obstetricia y neonatología del Hospital Provincial del Centenario”. El objetivo es mostrar los resultados de los análisis con el propósito de aportar información para la prevención.
“Venimos trabajando desde el 2010, si bien el proyecto lo presentamos por primera vez en 2013. Empezamos a ver que el pedido de análisis de los médicos encargados de obstetricia o de neonatología iba en aumento. Recibimos muestras del hospital como de otros sectores, y empezamos a ver que los estudios nos arrojaban altos porcentajes de muestras positivas. Era llamativa la cantidad de positivos en cocaína y marihuana”, comentó Cintia Konjuh.
La exposición prenatal a estas sustancias aumenta el riesgo de complicaciones obstétricas y tiene graves consecuencias, no solo en el desarrollo del feto, sino también del niño durante las etapas posteriores de la vida.
“La idea del proyecto originalmente era hacerles estudios a todas las mujeres embarazadas que se atienden en el hospital, y no solo de los pedidos de los médicos. En esos casos siempre lo hacen bajo un halo de sospecha, y por lo general nuestros datos son más limitados. Hay un tiempo corto en el que da positivo, tanto en la madre como en el bebé. En el caso de la cocaína es entre uno y tres días en la madre, y en el niño es más acotado. Lo que limita es que para que de positivo la madre debe haber consumido como mucho tres días antes, lo que implica que si se pasó ese lapso de tiempo, se perdió el dato. Por eso surgió la idea de hacer la muestra del meconio, porque este se empieza a formar desde el primer trimestre de embarazo y se puede registrar todo lo que el bebé fue consumiendo a partir de ese momento”, detalló Konjuh.
Esta conducta trae problemas de placenta, restricción de crecimiento del feto y alteraciones neurológicas, entre otras. ¿Qué es el meconio? Se denomina así al primer excremento de los recién nacidos, que es de color verdoso y consistencia viscosa. “El problema es que para hacer ese tipo de estudio se necesita una máquina especial con la que no contamos. Nuestra idea es poder adquirir los instrumentos específicos con el financiamiento de distintas convocatorias en la que hemos participado”, aseguró la investigadora de la UNR.
“Para el proyecto tomamos los resultados de las muestras realizadas entre 2013 y 2016, tanto en madres como en bebés recién nacidos. En los análisis se buscan metabolitos, que son totalmente diferentes entre cocaína y marihuana, entonces se puede observar el tipo de consumo. En general los mayores positivos son en cocaína, algo que sorprende porque el tiempo de detección es muy corto. Los lapsos de la marihuana son más amplios, por el tipo de estructura que tiene”, profundizó Cintia.
En resultados presentados previamente durante el período comprendido entre abril de 2010 y julio de 2014, de 61 muestras de orina de parturientas analizadas resultaron 26 positivas para cocaína y 6 para marihuana, mientras que de 61 muestras de recién nacidos, resultaron 19 positivas para cocaína.
“En estas pequeñas muestras, entre un 30 y un 40% son positivas. Es un índice alto, ya que se supone que en el embarazo la madre se cuida para proteger la vida del bebé. Los trabajos realizados demuestran que algunas de las consecuencias de esta conducta son: problemas de placenta, restricción de crecimiento del feto, alteración de sus funciones neurológicas, nacimiento prematuro, bajo peso e internación de la madre más tiempo de lo normal”, precisó Konjuh.
Es importante destacar que los resultados obtenidos no corresponden a la totalidad de los nacimientos atendidos en el Hospital, sino a las muestras remitidas de acuerdo al criterio médico, por lo que el consumo puede estar subestimado. Además, los resultados positivos obtenidos informan de un consumo reciente por parte de la madre debido al tiempo máximo de detección de los metabolitos en orina. “Es difícil atribuirle el efecto a una sola droga, porque en general se consumen más de una, se mezclan con alcohol o con problemas nutricionales y se van convirtiendo en un coctel difícil de dilucidar”, aclaró la investigadora.
“En nuestro proyecto pretendíamos analizar la naturaleza y magnitud del consumo de sustancias psicoactivas en las embarazadas y aportar datos estadísticos acerca de este problema de salud. La idea a futuro es que los médicos nos manden, durante un lapso, todas las muestras de pacientes, ya sea que sospechen o no. Y si es posible también poder hacerle una encuesta a la madre para conocer sus hábitos”, propuso Cintia Konjuh.
Fuente: www.unr.edu.ar