La Justicia imputó a Alejandro Nicolás “Rengo” Ficcadenti y Sergio Gabriel “Bebe” Di Vanni, seis meses después de que Ángel Di María sufriera amenazas.
Los acusados habrían dejado una cabeza de cerdo con una bala en la inmobiliaria de la hermana del futbolista, en un hecho ocurrido el 25 de marzo, el mismo día en que se produjo un ataque frente al country de nuestra ciudad, donde vive su familia.
El fiscal Pablo Socca señaló a Ficcadenti y a Di Vanni como responsables de un intento de intimidación que incluyó dos eventos. El primero ocurrió cerca del country Funes Hills Miraflores, donde residen familiares del futbolista, cuando desde un automóvil realizaron disparos al aire y se dejó una nota advirtiendo que Di María no volviera a Rosario.
La segunda sucedió horas más tarde en la inmobiliaria de su hermana, cuando un cadete entregó una caja con una cabeza de cerdo, una bala y un mensaje que aseguraba que si el campeón del mundo regresaba a la Argentina, la próxima cabeza sería la de su hija.
El propio Di María dio a conocer este último hecho en una entrevista en julio, donde relató que el episodio no fue denunciado en su momento debido al miedo de su hermana y su cuñado. Según el jugador, la nota también mencionaba a los políticos Patricia Bullrich y Maximiliano Pullaro, con la intención de que abandonaran la ciudad.
El fiscal Socca indicó que Ficcadenti, presunto instigador de los hechos, buscaba evitar el regreso del jugador a Rosario Central y posicionarse como líder de la barra brava de Newell’s, con el apoyo de Ariel “Guille” Cantero, líder de la banda narco Los Monos.
Ambos fueron acusados de “amenazas coactivas calificadas”, y durante la audiencia se presentaron mensajes de WhatsApp en los que Ficcadenti se atribuye las amenazas.
Ficcadenti y Di Vanni fueron detenidos a fines de julio en una serie de allanamientos en los que también se secuestraron teléfonos y una suma de 18,5 millones de pesos.