Fue declarado “Personalidad Destacada de la Cultura” por la Legislatura porteña. Contó su historia, su pasión diaria.
La Ciudad de Buenos Aires, declaró Personalidad Destacada en el ámbito de la Cultura y del Desarrollo Económico al empresario y diseñador de autos Horacio Pagani.
El acto se llevó a cabo en el Salón Dorado del Palacio Legislativo y contó con la presencia de la diputada y autora del proyecto, Sandra Rey; el vicepresidente primero de la Legislatura, Matías López; el embajador de Italia en Argentina, Fabrizio Lucentini; el artista plástico, Eugenio Cuttica; invitados especiales y la prensa.
Pagani, que nació hace 69 años en Casilda, provincia de Santa Fe, es el creador de la marca de súper deportivos que llevan su apellido y que son piezas que combinan diseño artesanal con la más alta tecnología.
“Tuve la suerte desde bastante pibe de tener una pasión por las materias científicas y una pasión y predisposición para las artísticas, y eso me dio la energía para levantarme cada mañana y hacer cosas, y es lo mismo ahora”, expuso el santafesino.
“Quienes tienen un sueño, una vez que se instala hay que llevarlo adelante. No rendirse y seguir la intuición, creyendo en las personas, en nuestro equipo para poder seguir. Es esto lo que nos mantiene vivo”, agregó.
Desde chico, Pagani mostró una gran pasión por los autos y el automovilismo; estudió Diseño Industrial en la Universidad Nacional de La Plata y luego Ingeniería Mecánica en la Universidad Nacional de Rosario, aunque abandonó los estudios para dedicarse al diseño automotor.
Su primer trabajo en el mundo de los autos de carrera fue en la Fórmula 2 Renault, y tras ganar un concurso de diseño, conectó con figuras importantes del sector, como Oreste Berta y Juan Manuel Fangio, quien lo recomendó para trabajar en Italia en marcas como Ferrari y Lamborghini.
Precisamente en Lamborghini, Pagani comenzó como ayudante y alcanzó el puesto de Ingeniero en jefe y tiempo después fundó Pagani Composite Research, empresa que desarrollaba materiales compuestos para vehículos y colaboraba en importantes proyectos de la marca.
En 1991, fundó Pagani Modena Design, orientada a la producción de prototipos y servicios de diseño. Su primer modelo icónico, el Zonda C12, se presentó en el Salón de Ginebra en 1999, consolidando su reputación como fabricante de este tipo de autos exclusivos.
Pagani Automobili S.p.A., con sede en Módena, Italia, lanzó otros modelos de gran éxito, como el Zonda Cinque, el Zonda HP Barchetta, el Huayra y más recientemente el Utopía.
La empresa fue reconocida globalmente y es destacada por su innovación en el uso de fibra de carbono y su contribución a la industria automotriz.
“Es fundamental resaltar el valor del trabajo, el esfuerzo y el mérito, así como el papel de la iniciativa privada en el desarrollo económico. Estos principios pueden marcar una diferencia al promover la iniciativa empresarial, donde diseñadores como Horacio Pagani, con su talento y creatividad, contribuyen a fortalecer la industria y aportar valores e innovación”, dijo la legisladora Sandra Rey, quien presentó el proyecto.
Pagani habló de Colapinto
Como era de esperar, la prensa presente quiso saber la opinión de Pagani sobre el fenómeno del momento en el automovilismo mundial Franco Colapinto “Yo no sigo tanto la Fórmula 1, pero miro las carreras donde él corre y después hablo con gente y es un chico al que lo respetan”, dijo.
“Es un chico talentoso que llega al final -remarcó- salvo en la última carrera, y espero que pueda siempre acelerar con la cabeza y no con el pie”, declaró en diálogo con Carburando.
“Hay mucha presión mediática y espero que la pueda afrontar, soportar y seguir en este tiempo. No hay que crearle tanta ansiedad, ya llegar al equipo donde llegó es increíble. Para mí es un chico que tiene mucho futuro”,
Lo bautizó con el nombre de Zonda, el viento más emblemático de nuestro país; fuerte, intenso y revulsivo, al que Pagani pudo atrapar en un cuerpo de fibra de carbono y empujarlo con un motor de 12 cilindros.
Esa máquina era el comentario de todos en el Salón de Ginebra de 1999. Muchos se preguntaban de dónde había salido este constructor que para su auto utilizaba materiales que hasta ese momento sólo se usaban en la Fórmula 1 y en el sector aeroespacial.
Horacio Pagani salió de Casilda, Santa Fe, en donde nació en 1955. Su formación fue absolutamente autodidacta, luego de pasos truncos por las universidades de La Plata y Rosario. Y siempre persiguiendo la idea de Leonardo da Vinci, en la que arte y ciencia pueden fusionarse.
De joven realizó construcciones caseras hasta que se fue profesionalizando en su oficio que le permitió crear desde cero un auto de Fórmula 2.
Una carta de recomendación firmada por Juan Manuel Fangio (sólo la segunda que haría en su vida) le permitió llevar su sueño y su visión a Europa, en 1983.
Horacio viajó a Europa con una carta de recomendación de Juan Manuel Fangio, apenas la segunda que haría el Chueco en toda su vida.
Empezó a trabajar en Lamborghini, en donde se destacó rápidamente y creó el departamento de materiales compuestos: desde entonces, Horacio Pagani estuvo un paso adelante que cualquier otro fabricante el desarrollo de la fibra de carbono, tan resistente como el acero pero muchísimo más liviano.
Esa tenacidad en desarrollar materiales compuestos fue la que de algún modo lo llevó a dejar Lamborghini, que en ese momento no tenía la misma visión que Pagani, y crear su propia empresa, también cerca de Módena, junto a las firmas más representativas del mundo de los autos deportivos.
Primero fue el Zonda, con posteriores versiones y ediciones especiales, y luego vino el Huayra, modelo que se fabrica actualmente de modo artesanal en su atelier de San Cesario Sul Panaro, en una “línea de montaje” que imita la plaza de algún pueblo italiano, con árboles, farolas y hasta una torre de ladrillos con su respectivo reloj. Allí recibió a Clarín.
Hoy se produce la versión Roadster del Huayra, el descapotable. Su precio inicia en 2,4 millones de dólares.
Para conmemorar las dos décadas del Zonda, Pagani volvió a Ginebra con un modelo restaurado: el chasis 001, que se usó durante las pruebas de homologación, inclusive las pruebas de choque, se puso a nuevo y cautiva otra vez a los visitantes de la muestra suiza.