A raíz de la bajante, en algunos sectores del río se visibiliza sobre la superficie la manta protectora del túnel subfluvial que une las capitales de Entre Ríos y Santa Fe.
Se trata de la manta geotextil que quedó al descubierto por la bajante del río. La iniciativa de proteger al túnel, nació tras la severa inundación de 1982, que provocó modificaciones en el suelo del río. Fotos de cuando se instaló
Para llevar tranquilidad a los usuarios de esta vía de conexión, el director por Entre Ríos del ente biprovincial Túnel Subfluvial Raúl Uranga-Carlos Sylvestre Begnis, Juan José Martínez, remarcó que no hay ningún tipo de problema, ya que lo que se ve es el lomo de la manta y desde ese punto hasta el tubo mismo del túnel hay 7 metros de arena. “Falta muchísimo para llegar ahí”, indicó.
Durante los últimos tres días, en varias ciudades el río creció pocos centímetros, pero continúa con alturas por debajo del nivel del mar y de los límites de aguas bajas. Advierten que la situación causa una “exposición a incendios en márgenes e islas”.Varias embarcaciones quedaron encalladas; y se registran cambios en el ecosistema natural de las islas y la costa.
El río Paraná creció pocos centímetros durante los últimos tres días en varias ciudades de Entre Ríos pero continúa con alturas por debajo del nivel del mar y de los límites de aguas bajas, por lo que se espera que la situación crítica, cercana a los peores años de la historia, persista durante todo 2021.
El Instituto Nacional del Agua (INA) advirtió este martes que la tendencia descendente “va a continuar en las próximas semanas”, y existe una “máxima probabilidad de que persista durante el invierno” y siga de forma “similar en el último trimestre del año”.
Además, el organismo espera impactos en “las tomas de agua para consumo urbano; para refrigeración de centrales de generación eléctrica y de procesos industriales”, además de problemas en “la navegación fluvial; fauna íctica; estabilidad de márgenes” y una “exposición a incendios en márgenes e islas”.
En Paraná, el río creció cinco centímetros y tiene una altura de -7 centímetros (por debajo de la altura sobre nivel del mar), lejos del límite de aguas bajas (2,30 metros), 1,22 metros menos que a principios de junio, y se prevé que alcance niveles muy similares a los registrados en el año que más descendió en la historia.
En 1944, la situación fue peor que la actual: frente a Paraná, el río marcó 1,40 metros por debajo del cero, al igual que en Diamante (-1,29); y en La Paz (-1,08).
El INA mejoró los pronósticos y espera que el 6 de julio el Paraná tenga una altura próxima a los -18 centímetros en la capital entrerriana y que pueda llegar a los 30 centímetros por debajo del cero.
“La tendencia descendente continuará en las semanas subsiguientes, y no se espera una mejora sensible en los próximos meses”, con julio “especialmente crítico, con afectación a todos los usos del recurso hídrico, especialmente la captación de agua fluvial para consumo urbano”, confirmó esa entidad.
Además, la Dirección General de Obras Sanitarias de Paraná realiza trabajos de limpieza, dragado y traslado de bombas para mejorar la captación de agua cruda para potabilizar.
El Ente del túnel explicó que sus “equipos técnicos realizan constantes mediciones batimétricas” y que “no se observaron cotas comprometedoras ni anomalías en la distribución del flujo”, y las cubiertas protectoras muestran “un comportamiento adecuado, dentro de un escenario de aguas bajas”.
“Queremos transmitirle seguridad a los usuarios: donde se hace visible la manta, ya hay entre 12 y 18 metros de tierra por encima del viaducto”, apuntó el Ente del túnel Raúl Uranga-Carlos Sylvestre Begnis.
En algunos sectores del río se visibiliza sobre la superficie la manta protectora del túnel subfluvial.
En Diamante también la altura del río se incrementó cinco centímetros al alcanzar hoy los 22 centímetros de altura, pero por debajo de los 2,40 metros del límite y 1,21 metros menos que el 6 de junio.
Allí el Municipio trabajó en inconvenientes en dos pozos de agua y realizó cortes programados en el suministro.
En La Paz, el río Paraná creció siete centímetros los últimos días y se mantiene estable con 47 centímetros, 1,33 metros menos que a principios de mes y muy por debajo de los 3,20 metros de límite de aguas bajas.
Para esa ciudad entrerriana, el INA espera que la altura “continúe disminuyendo gradualmente”, hasta alcanzar el 0 “en la segunda semana de julio”.
En Victoria, el río descendió a 1,14 metros y continúa con esa tendencia desde el 7 de junio, cuando marcó 2,2 metros de altura, alejándose de los 2,60 metros que marcan las aguas bajas.
Numerosos bancos de arena salieron a la luz y la gente los cruza caminando o en cuatriciclos.
En la capital provincial, viviendas y calles costeras tuvieron grietas y quiebres en el suelo; varias embarcaciones quedaron encalladas; y se registran cambios en la morfología y el ecosistema natural de las islas y la costa.
La población de peces del Paraná depende de los ciclos hidrológicos y climáticos, por lo que el río bajo perjudica la reproducción y el crecimiento de algunas especies.
Numerosos bancos de arena salieron a la luz y la gente los cruza caminando o en cuatriciclos; aparecieron anclas antiguas; algunos peces quedaron estancados en bancos de arena; y se registraron importantes desmoronamientos en islas cercanas al puente que une Rosario y Victoria.