En vísperas de Pascuas Funes Hoy visitó la Iglesia Nuestra Señora del Carmen para pedirle al Cura Párroco unas palabras de reflexión por la Vigilia Pascual, “Estamos entrando en el Trigo Pascual, el Jueves Santo la Iglesia se centra en La Última Cena que es algo precioso ya que aquí el Señor instituye la Eucaristía, se queda bajo las especies de pan y vino consagrado. Nosotros sabemos en fe, que después de la Eucaristía el pan ya no es pan, es Cristo y el vino ya no es vino, es Cristo. El señor adelanta su Pasión y Muerte a través de estos signos y de esta presencia y así se va a quedar en esta presencia por los siglos en los Altares y en el Gran Sagrario. El signo de la Última Cena es el servicio, pudiendo dejarnos muchas cosas, él se ata una toalla a la cintura y hace un trabajo que hacía el esclavo lavándole los pies a sus discípulos diciéndoles, “Ustedes me llaman Maestro y Señor y yo les lavo los pies a ustedes, ahora lávenselos unos a otros”. Este es el acto del servicio, rompiendo el egoísmo que todos cargamos en nuestro interior (que cada vez se nota más) y saliendo de mirarnos a nosotros mismos para mirar al otro. Por eso nos deja el sacerdocio en esa noche para que lo ejerzamos en Eucaristía hasta el fin de los tiempos. También nos deja el mandamiento del amor que antes rezaba: amar a otros como a ti mismo, y ahora: ámense unos a otros como yo los he amado.
El jueves es una noche muy importante por eso vamos a quedarnos, los jóvenes harán la Noche Heroica, quedándose toda la noche en adoración y contemplación de este gran Misterio que es Jesús en la Eucaristía.
El viernes es el día de dolor porque Jesús es crucificado. Estamos acostumbrados a verlo en los crucifijos, pero eso era un tormento de esclavos, el ciudadano romano no podía ser crucificado, por eso a San Pablo le cortan la cabeza, a Pedro sí lo crucifican cabeza abajo, fue tan duro el suplicio como para quitar las ganas de sublevarse, que el Señor lo asume para quitar el Pecado de la Humanidad. Con eso nos muestra la fealdad del pecado y lo inmenso de su amor cargando nuestra cruz y muriendo por nosotros. Vamos a centrarnos a las 5 de la tarde en la celebración de la Pasión y a las 20 horas nos concentramos aquí en la Parroquia para comenzar el Vía Crucis o Camino de la Cruz por las calles, recordando todos los pasos de Jesús por amor a nosotros, tratando de saber que esa mesa está servida, la mesa del amor de Dios, la mesa de la Gracia y depende de cada uno de nosotros acercarse a servirnos de ella.
El sábado primeramente acompañamos a María en el dolor por haber perdido a su hijo acompañados de todas las madres que comparten ese dolor, pero llenos de esperanzas porque el sepulcro no es el término de la vida del hombre, el hombre no termina en el sepulcro sino en las manos de Dios. Por eso se centra la vigilia Pascual en el Cirio, que es Cristo Resucitado para después caminar la alegría del domingo de Pascua.
Los horarios de las confesiones son el Jueves Santo a las 4 horas, a la hora de la misa, el Viernes Santo estoy a la mañana de 9 a 12 horas y de 15 a 17 horas por la tarde, el Sábado de Gloria, voy a estar también de 9 a 12 horas y desde las 16, un ratito antes de las 19 horas que me retiraré para preparar la celebración que será el Sábado Santo a las 20 horas, en la gran vigilia Pascual y el Domingo de Pascua en los horarios habituales, a las 10 y a las 19 horas aquí en la Parroquia y a las 11: 30 horas en San Francisco Solano.
Muy Felices Pascuas, para todos”, Culminó el Padre Peceta