El gobernador Maximiliano Pullaro reconoció a los alumnos que integran el Club de Ciencias de la Escuela Técnica Nº 643 de Roldán, que construyeron un satélite que realiza mediciones para detectar microplásticos en el aire; se interesó por sus estudios y entregó un aporte de 4 millones de pesos, “Estamos priorizando este tipo de proyectos de apropiación social del conocimiento, cultura científica, comunicación pública de las ciencias en las escuelas”, aseguró la secretaria de Ciencia, Tecnología e Innovación, Erica Hynes, al acompañar al Gobernador en la visita.
De este modo, completó: “Esto lo hacemos para encontrar jóvenes que tengan ganas de seguir carreras técnicas, para crear talento santafesino para las empresas de base tecnológica e innovar en las empresas de toda la economía santafesina”. Luego, la secretaria precisó que “apuntamos a incorporar la innovación, la ciencia y el conocimiento en todo el entramado productivo de Santa Fe, para dar un salto cuantitativo en las exportaciones y en la producción santafesina”.
Por su parte, el intendente de Roldán, Daniel Escalante, recordó que “los estudiantes habían sido premiados el año pasado con su proyecto Cansat” y destacó la importancia de esta ayuda económica de 4 millones de pesos “para que puedan seguir con sus investigaciones”.
Por último, la diputada Silvana Di Stefano entregó un diploma de reconocimiento de la Cámara de Diputados de Santa Fe “para los chicos, para la escuela y directivos que hicieron posible esto. Todo lo que tiene que ver con la imaginación, con la ciencia, con la educación, para nosotros es fundamental”.
De Roldán al cielo
El Club de Ciencias 643 participó el año pasado de un certamen organizado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación y la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae).
El concurso consistió en diseñar y poner en marcha un satélite del tamaño de una lata de gaseosa, ya que su peso no podía superar los 240 gramos que es lo que puede soportar el cohete que lo lanza. Al ser seleccionados en la primera etapa, recibieron un kit de componentes electrónicos y herramientas para su armado, con el que los chicos construyeron “Roldán 2”.
Por medio de un cohete, lanzaron el mini satélite desde una plataforma. El dispositivo voló hasta unos 400 metros de altura para soltar los tres objetos que cayeron en paracaídas hasta donde los llevó el viento. Mientras el cohete estaba en el aire, otra parte del equipo revisó los datos desde una computadora portátil.
El “Roldán 2” decidió que su satélite midiera la cantidad de microplásticos diseminadas en el aire. El dispositivo fue diseñado para tomar muestras de aire por medio de un motor que va abriéndose de acuerdo a lo que le indica el sensor de altura, que le permite ir llenando tubos de ensayo, que luego se sellan y cuando desciende son recuperados para analizarlas en un laboratorio, separando partículas orgánicas e inorgánicas.