Silvina Luna habló sobre su salud y reveló por qué aún no puede recibir un trasplante de riñón. La artista se quebró al aire de LAM (América) y afirmó: “Estoy atravesando un momento muy crítico en mi vida”.
“Estoy pasando por un proceso bastante profundo donde intento estar bien, pero son muchas cosas las que me están pasando, las transito como puedo. Se ha hablado de que necesitaba un trasplante urgente y no es así“, aclaró Silvina Luna.
Y detalló: “Primero tengo que solucionar un tema también que tengo de salud, que desde hace un año tengo una bacteria, entonces hasta que no resuelvan esa bacteria, no me puedo trasplantar. No sería un trasplante urgente, ahora, sería una meta a llegar“.
“Estoy conociendo un mundo que desconocía. Es super fuerte. Nunca pensé que iba a ser tan pronto, yo venía teniendo problemas en los riñones, y mi rutina era hacerme un análisis de sangre cada dos semanas, antes de pasar a diálisis, y cada tanto me tenía que internar para bajar esa hipercalcemia; fueron diez años de eso”, relató. Y entre lágrimas agregó: “Tomé corticoides hasta ahora. Todo esto fue hasta antes de que me diagnosticaran, estuve internada un mes y de repente me dijeron que mis riñones estaban calcificados y que tenía que entrar en diálisis“.
Sobre el proceso de diálisis, Silvina contó: “Fue muy duro porque se hizo crónico. Desde que empecé diálisis tengo dolores de ciática muy fuertes. Cuando de a poquito voy avanzando, al otro día tengo que dializar y no llego a ponerme bien. Son dolores que no le deseo a nadie. No me queda otra, lo tengo que hacer. Eso me está salvando, entonces voy con otro pensamiento”.
Cómo es la rutina de diálisis de Silvina Luna
Silvina Luna debe dializarse entre tres y cuatro veces por semana y, en sus redes, decidió mostrar parte de este proceso: la modelo se grabó desde el hospital y mostró el aparato médico que la asiste.
“Hola. Estoy en diálisis, para los que no saben es una máquina que es como un filtro para mi riñón. O sea, que me está ayudando a vivir“, comenzó Silvina explicando. Y continuó: “Le agradezco a esta máquina y me imagino que me está haciendo todo lo mejor posible”.
Al final, le pidió a sus seguidores que le recomienden un libro o video para ver para que se le pasen esas horas.
Cabe señalar que la ex Gran Hermano decidió acompañar el video con un fuerte texto: “Les comparto esta rutina nueva en mi vida. Al principio lo viví con angustia por lo nuevo e inesperado pero luego pasé a una etapa de aceptación de lo que es“.
“Esta máquina que tengo conectada a mi, hace el trabajo de los riñones. Así que sintiendo agradecimiento. Sin esta máquina no podría vivir. Esto lo hago 3 veces por semana 4 horas. Hasta que pueda transplantarme“, siguió.
“Todavía no estoy en lista porque se tienen que ver otras cosas antes. Así que con la idea de seguir viniendo un tiempo más. A veces me canso, me duele todo, no se me pasa más… esto es día a día en base a cómo me siento organizo el día. Mándenme buena energía y de esta salimos!!”, concluyó.
La modelo, visiblemente angustiada por la situación que atraviesa, contó que todavía no puede hacerse el trasplante de riñón que necesita para vivir porque desde hace un año tiene una bacteria en la sangre, mientras tanto se encuentra realizando diálisis y un tratamiento. “Hay momentos de aceptación y momentos que me despierto y digo ‘estoy viviendo una pesadilla’. Pero estoy acá, firme, de pie, siempre fui una persona de salir adelante. Siempre tengo recaídas. Son más los momentos buenos que busco en el día a día, buscar momentos de alegría, eso me hace muy bien”, describió en su charla con Ángel de Brito.
Luna reconoció que haber participado de la primera edición de El Hotel de los Famosos fue una mala decisión. “Fue muy exigente, después me arrepentí. Me encanta trabajar, me habían propuesto eso… Nunca nos hablaron de que iba a ser tan exigente. Realmente eran pruebas para gente muy entrenada. Ellos sabían que yo tenía este problema. Me subió el calcio y tuve que ir a internarme 4 o 5 días… Ahora aprendi a pedir ayuda, lo hablo con mis amigas”, contó.
Silvina destacó que le hace muy bien estar acompañada de su hermano, que tiene 37 años, “él es mi familia”, aclaró, ya que sus padres murieron. También ponderó a sus amigas, que van mucho a su casa porque ella no puede salir. Hoy, la vida de Silvina depende de la diálisis que se hace tres veces por semanas, cuatro horas por día. “Me llevo un libro, trato de dormir para que no se me haga tan largo. Sé qué almohadones llevarme, es como un club. Veo gente mayor ahí y digo ‘me la tengo que bancar’. Los sillones son muy incómodos, son 4 horas que estás quieto. Empecé con un dolor en el ciático y las piernas desde que empecé diálisis y fue muy duro porque se hizo crónico… Son dolores que nunca he tenido. Cuando uno vive con dolor no podés pensar en nada. De a poco van encontrando los analgésicos posibles para que me pase”, compartió.
“Hay días que me quiero quedar durmiendo, pero tengo que ir a diálisis porque eso me está salvando. Si no funcionan los riñones no podría vivir”, expresó. “Los días que tengo diálisis vuelvo a casa y me quiero acostar. No hago nada ese día. Es día a día. Al otro día disfruto cada cosa”.
“Con la alimentación siempre me cuide, ahora me agregaron no comer con sal. Tomar poca agua. Ahora solo puedo tomar un litro, un litro y medio por día. Eso porque uno va cargando líquido… Me ayuda el amor, y creer. Esos días que decís: ‘no puedo más’, tengo fe y visualizo que voy a estar trasplantada y voy a volver a recuperar mi vida”, señaló.
“Voy a recuperar la vida pero no va a ser la misma de antes, claramente… Desde hace mucho me voy postergando. Los años pasaron. Es uno de mis deseos es ser madre, que me despertó hace un tiempo. En las relaciones no se dio. A veces sueño que cuando me trasplanten pueda tener un bebé, adoptar a un nuño. Quiero devolver ese amor que me dan”, expresó.
“A veces me pongo a pensar las cosas que fui perdiendo. No está bueno pensar en eso. Fueron doce años que me perdí de viajes, cumpleaños, trabajos. Todo eso me afectó y me afecta. El tema monetario, por la cantidad de medicaicón que tengo que tomar, no estoy trabajando tampoco… Mucho tiempo callé porque me daba verguenza hablar de esto. Hice catarsis. Esta bueno sacarlo y que la gente sepa”, y por último hizo hincapie: “Me encanta vivir. Quiero vivir. Pero nunca sabés los caminos”, completó ente lágrimas.