Día Mundial sin Alcohol: Argentina es el segundo país sudamericano donde más se toma

En el Día Mundial sin Alcohol el Hospital de Clinícias de la Ciudad de Buenos Aires publicó un estudio que demuestra que la edad de inicio de consumo es cada vez más baja.

Ayer, 15 de noviembre se celebró el Día Mundial sin Alcohol. De acuerdo a especialistas en Toxicología del Hospital de Clínicas de la UBA aún se perciben las consecuencias de la pandemia, cuando se intensificó la ingesta de esta sustancia. Junto a Al-Anon y AA, convocan a encuentros semanales para prevenir y tratar su consumo problemático, al cual definen como una enfermedad familiar.

Día Mundial sin Alcohol: Argentina es el segundo país sudamericano donde más se toma

La Organización Mundial de la Salud propone cada 15 de noviembre conmemorar el Día Mundial sin Alcohol para concientizar sobre los daños que produce el consumo de alcohol a nivel individual y promover la reflexión sobre el efecto social. Según datos del Ministerio de Salud de la Nación, Argentina es el segundo país de la región, después de Uruguay, donde más se toma, con casi un nivel de ingesta de alcohol puro por persona de 9,88 litros al año. Asimismo, donde se estima que mueren 8.000 personas al año por enfermedades vinculadas a este hábito.

“La ingesta en los adultos se observa más en hombres aunque, con el correr del tiempo, esta tendencia se va emparejando con las mujeres. Además, la edad de inicio es cada vez más temprana. Casi el 80% de los adolescentes de 15 años ya han consumido alcohol en alguna oportunidad. La mayoría empieza a los 13”, sostiene el Dr. Gabriel ArcidiaconoJefe de Toxicología del Clínicas (MN 117.135), quien advierte que la adolescencia es uno de los momentos donde la persona es más vulnerable a adquirir patrones de consumo problemático, el cual es uno de los principales factores de riesgo de discapacidad en personas de 15 a 49 años.

“El cerebro todavía se encuentra en un proceso de maduración o neurodesarrollo, por lo que se adquieren más fácilmente estas conductas desadaptativas en comparación a las personas de mayor edad. O sea, en su adolescencia las personas son particularmente vulnerables, hasta 4 veces, al consumo problemático. Incluso se observan formas de consumo sumamente peligrosas conocidas como ‘binge drinking’, ‘consumo en atracón’ o ‘consumo episódico excesivo’, donde se toman varios vasos de bebidas alcohólicas en poco tiempo para alcanzar niveles altos de alcoholemias en las ‘previas’, ‘Último Primer Día’ del año en el que se egresa de la secundaria, Día del Estudiante, etc”, relata el experto en Toxicología del Clínicas.

En Funes por consultas vinculadas al consumo problemático de sustancias, puede dirigirse personalmente a:

Sec. Derechos Humanos y Género
M. Moreno 1450, Funes 
Tel. 493 6018  WhatsApp 341 268 0745
derechoshumanosygenero@funes.gob.ar

En la institución remarcan que la pandemia del coronavirus potenció esta realidad, cuyos impactos aún se perciben. “Durante la misma hasta un 45% de las personas tomaron más alcohol que antes debido al estrés, ansiedad, el aislamiento social y la falta de rutina estable. Los grupos más afectados fueron los de 18 a 24 años y de 35 a 44 años, donde se observaron hasta la cuadruplicación del consumo de alcohol respecto al consumo pre-pandemia. Además, aumentó el riesgo a recaídas y una proporción significativa directamente las sufrió. Entre las causas, se pueden mencionar el acceso limitado a tratamientos por las restricciones de movilidad, asociado a un sistema inmunológico vulnerable a la infección por COVID-19“, dice Arcidiacono.

¿Cuándo se considera que hay una adicción?

Para la instalación de una adicción se deben dar diferentes factores. “La problemática del consumo de una sustancia, sea alcohol u otra, que tenga efectos en las funciones del cerebro, induce a la persona a repetir el consumo por el placer que genera. En el inicio y mantenimiento de ese consumo, además de las particularidades de la sustancia y el efecto que genera, también participan características propias del individuo, su historia, su genética, la presencia de problemas psicológicos, las emociones, la edad y el entorno que lo rodea, la familia, la comunicación, la necesidad de reconocimiento dentro de un grupo de pertenencia, la situación laboral, el querer buscar vías de escape de la realidad, del estrés o de las presiones, etc.”, detalla Arcidiacono.

El profesional explica que, con el tiempo, la persona necesita cada vez más cantidades de la sustancia para conseguir el efecto deseado, o sea, existe una tolerancia a la misma y,  cuando deja de consumirla -por necesidad, motivación personal o por alguna dolencia asociada o no a la sustancia-, puede presentar malestar en el cuerpo o disconfort, nerviosismo, problemas para realizar las actividades cotidianas, entre otros síntomas, lo cual hace más dificultoso dejar de consumirla. Hay una pérdida en el control de su consumo, por el uso compulsivo de la misma pese al daño que genera y la vulnerabilidad a la recaída aun después de mucho tiempo de no consumirla.

“La relación del individuo con la sustancia va generando un deseo persistente y esfuerzos de controlar el consumo o interrumpirlo, la persona tiene conciencia de los problemas que genera y el tiempo que se pierde en conseguirla, los conflictos laborales, económicos, las consecuencias médicas. Se dejan de hacer actividades sociales debido al consumo e incluso puede tener problemas con las autoridades policiales. Ante estas circunstancias decimos que la persona es dependiente de la sustancia”, agrega.

De esta manera cada persona necesitará un abordaje estratégico en relación a sus propias singularidades y también a las particularidades del territorio. Esta red debe incluir espacios preventivos de participación, reflexión, formación, disfrute, inclusión, deportivos, culturales, entre otros. Y de asistencia, como los de primera escucha y orientación. En este sentido, Arcidiacono destaca que “no solamente existe el acompañamiento a pacientes alcohólicos sino que también los hay para personas cuyas vidas han estado o están siendo afectadas por el beber compulsivo de otra persona, ya que el alcoholismo es una enfermedad de la familia”.

Los especialistas alertaron que los jóvenes comienzan a consumir bebidas alcohólicas a edades cada vez más tempranas, algo que la ciencia demostró que se relaciona directamente con complicaciones en su salud. Cuándo se considera una adicción

Con el objetivo de concientizar sobre los daños que produce el consumo de alcohol a nivel individual y promover la reflexión sobre el efecto social, el organismo se manifestó en línea con las últimas investigaciones, según las que este hábito se inicia a edades cada vez más tempranas generando consecuencias negativas en la salud de las personas.En la adolescencia, las personas son particularmente vulnerables, hasta cuatro veces, al consumo problemático (Imagen ilustrativa Infobae)En la adolescencia, las personas son particularmente vulnerables, hasta cuatro veces, al consumo problemático (Imagen ilustrativa Infobae)

El Instituto para la Métrica y Evaluación de la Salud (IHME) de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington había revelado recientemente que las personas jóvenes, de entre 15 y 39 años, tienen mayores riesgos para su salud si beben alcohol que los mayores de 40 que no presenten condiciones de salud subyacentes.

Según el trabajo, el 60% de las lesiones relacionadas con la bebida ocurren entre personas de este grupo de edad, incluidos accidentes automovilísticos, suicidios y homicidios.

De acuerdo a especialistas en Toxicología del Hospital de Clínicas de la ciudad de Buenos Aires, aún se perciben las consecuencias de la pandemia, cuando se intensificó la ingesta de esta sustancia.

“La ingesta en los adultos se observa más en hombres aunque, con el correr del tiempo, esta tendencia se va emparejando con las mujeres. Además, la edad de inicio es cada vez más temprana”, comenzó a analizar al respecto el doctor Gabriel Arcidiacono, jefe de Toxicología del Clínicas (MN 117.135), según quien “casi el 80% de los adolescentes de 15 años ya han consumido alcohol en alguna oportunidad”.Durante la pandemia, el consumo de alcohol se incrementó en todos los grupos etariosDurante la pandemia, el consumo de alcohol se incrementó en todos los grupos etarios

Y tras asegurar que “la mayoría empieza (a consumir alcohol) a los 13″, el experto sostuvo que la adolescencia es uno de los momentos donde la persona es más vulnerable a adquirir patrones de consumo problemático, el cual es uno de los principales factores de riesgo de discapacidad en personas de 15 a 49 años.

“El cerebro todavía se encuentra en un proceso de maduración o neurodesarrollo, por lo que se adquieren más fácilmente estas conductas desadaptativas en comparación a las personas de mayor edad -observó Arcidiacono-. O sea, en su adolescencia las personas son particularmente vulnerables, hasta cuatro veces, al consumo problemático. Incluso se observan formas de consumo sumamente peligrosas conocidas como ‘binge drinking’, ‘consumo en atracón’ o ‘consumo episódico excesivo’, donde se toman varios vasos de bebidas alcohólicas en poco tiempo para alcanzar niveles altos de alcoholemias”. Esto sucede, según el especialista, en las previas, así como en festejos como el llamado “Último Primer Día”, el Día del Estudiante, etc.

Con él coincidió la médica psiquiatra y experta en adicciones Geraldine Peronace (MN 110.541), quien anteriormente había resaltado que “la tendencia que surgió hace unos años sigue vigente y consiste en el consumo compulsivo o atracón de alcohol, que no es ni más ni menos que un consumo masivo en el menor tiempo posible”. “La idea es que ‘pegue’, y que ‘pegue’ lo más rápido y lo más fuerte posible, entonces hacen mezclas descabelladas con bebidas de graduaciones de alcohol altísimas y ahí sin dudas aparece el ansiado ‘golpe’”.Cada 15 de noviembre se conmemora el Día Mundial sin Alcohol (DPA)Cada 15 de noviembre se conmemora el Día Mundial sin Alcohol (DPA)

Y tras asegurar que “el alcohol es la droga legal que lidera el consumo entre los jóvenes”, Peronace hizo hincapié en el adelantamiento de los hábitos: “Hoy los chicos empiezan a tomar alcohol a partir de los 11 años”.

Desde el Clínicas remarcaron que la pandemia del coronavirus potenció esta realidad, cuyos impactos aún se perciben. “Durante la misma, hasta un 45% de las personas tomaron más alcohol que antes debido al estrés, ansiedad, el aislamiento social y la falta de rutina estable”, destacó Arcidiacono, quien amplió: “Los grupos más afectados fueron los de 18 a 24 años y de 35 a 44 años, donde se observaron hasta la cuadruplicación del consumo de alcohol respecto al consumo pre-pandemia. Además, aumentó el riesgo a recaídas y una proporción significativa directamente las sufrió”.

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