Se viene una pulseada entre dirigentes. Boca pedirá los puntos. ¿Se los darán? ¿Habrá partido? En la Conmebol ya tienen una idea sobre cómo seguir…
Si bien es un tema que maneja la Unidad Disciplinaria de la Conmebol, ya hay una decisión para no darle espacio al pedido de Angelici en ese sentido. “El partido se jugará sí o sí”, le aseguró a Clarín una fuente muy cercana a Domínguez.
Domínguez, al anunciar la postergación del domingo, utilizó como argumento el equilibrio deportivo. Que los dos equipos estén en las mismas condiciones. Que no haya ventajas para ninguno. Entonces, desde la Conmebol, afirman que se jugará en el Monumental y con público. Nunca se pensó en mudar la Superfinal a otro país. En un momento hasta se rumoreó como escenario a Emiratos Arabes.
La cumbre del G-20 en Buenos Aires reduce el abanico de opciones. “Pensamos en una fecha que permita luego al campeón prepararse bien para el Mundial de Clubes, que tiene fijada la semifinal para el 18 de diciembre”, explicaron desde el hotel donde se aloja Domínguez en CABA. Quieren que sea un sábado, el mejor día para la audiencia universal. Hoy el sábado 8 de diciembre aparece como el día más potable para que jueguen River y Boca. Este martes, en Asunción, en la reunión con los presidentes de ambos clubes presentes, se resolverá.
En la Conmebol estiman que el club de Núñez será castigado con una fuerte multa económica. Será tema de la Unidad Disciplinaria, claro.
No son horas fáciles para Alejandro Domínguez, quien antes de anunciar la postergación del domingo llamó al presidente de la Nación, Mauricio Macri. Son amigos. Le comunicó cuál era la decisión. “Lo decidió Domínguez. No hubo presión del Gobierno, al contrario. Fue un problema menos para Macri: en las calles pudo habérsele armado un lío bárbaro”, aseguraron desde el entorno del titular de la Conmebol.
Alejandro Domínguez está muy golpeado. Sacudido al extremo. “Sudamérica perdió la gran oportunidad”, cuentan que le dijo Gianni Infantino, el presidente de la FIFA, uno de los más virulentos en las reuniones del sábado. Es que a Buenos Aires llegaron presidentes de todas las confederaciones. También el de la MLS de Estados Unidos. El mundo deseaba observar cómo se resolvía el River – Boca más importante de la historia. La Conmebol no permitirá que el campeón se conozca en un escritorio, mucho menos que sea el equipo de Daniel Angelici, un “enemigo” de la casa.
Las otras opciones donde se puede jugar la Superfinal
Las posibilidades que alberga el futuro de la final de la Copa Libertadores 2018 son tantas como la decepción y el enfado que provocó la suspensión en el ambiente del fútbol.
A estas alturas los caminos que puede tomar el desenlace de la Superfinal de la Copa Libertadores 2018 son múltiples y de lo más creativos.
La opción que aporta algo de cordura es la que afirma que podría efectivamente jugarse en el estadio Monumental. Pero teniendo en cuenta la doble suspensión comienzan a barajarse como sedes Paraguay, o hasta la lejanísima Abu Dhabi para disputar el tan ansiado partido, además de Mendoza. También podría ocurrir que nunca viéramos en la cancha ese prometedor capítulo de la historia del fútbol mundial, si acaso prosperase la presentación que en tal sentido hará Boca Juniors y todo se terminara en el escritorio.
La alternativa sobre disputar el encuentro en la cancha de River no es fácil de concretar a raíz de la realización de la reunión del G20 en Buenos Aires del viernes 30 de noviembre y el sábado 1 de diciembre. En ese sentido para que el partido prospere la segunda final se jugaría el sábado 8 de diciembre, feriado por el Día de la Virgen María, en la cancha de River Plate.
La traba que esto tendría lugar 10 días antes exactamente del debut del equipo argentino clasificado en el Mundial de Clubes de Abu Dhabi, que será el martes 18 de diciembre (la posible final con Real Madrid está programada para el sábado 22).
Por lo pronto, el representante de la Conmebol es el único que falta clasificarse, ya que las restantes plazas están definidas.
Por eso no pareció sonar tan descabellada una primera idea de jugar esta segunda final de la Copa Libertadores en la lejana capital de los Emiratos Árabes Unidos, un tanto para evitar incidentes por esa razón y otro para que el ganador permanezca en el escenario del Mundial de Clubes y no deba trasladarse y aclimatarse con la premura que supondría jugarla en Sudamérica.
Y cuando se menciona Sudamérica tampoco es ocioso, porque otras fuentes consultadas por Télam indicaron que la Conmebol, que tiene su sede justamente en la capital de Paraguay, no vería con malos ojos que el estadio Defensores del Chaco albergue ese cotejo, tratando siempre de minimizar esos inconvenientes que provocaron la suspensión en Buenos Aires.
Esto siempre y cuando no prospere la presentación de Boca, ya que si así sucede, el fútbol se quedará sin disfrutar lo que pudo ser una cita inolvidable.