Cambio climático: casi 200 países, incluyendo a EE.UU., logran un acuerdo sobre cómo se aplicará el Acuerdo de París

El pacto, cerrado tras una larga noche de diálogos, exigirá que cada país participante siga un mismo estándar para medir las emisiones de gases de efecto invernadero y hacer seguimiento a sus políticas relacionadas con el clima.

El mapa que muestra los países de América Latina y el mundo que consumen más recursos naturales (y el impacto que tiene sobre el planeta)

Su establecimiento busca garantizar el cumplimiento del objetivo fijado en el Acuerdo de París de 2015 de limitar el aumento de las temperaturas globales a menos de 2℃.

“Poner a funcionar el programa de trabajo del Acuerdo de París es una gran responsabilidad. Ha sido un largo camino. Hicimos nuestro mejor esfuerzo por no dejar a nadie atrás”, señaló el presidente de la cumbre, Michal Kurtyka.

Delegaciones de 196 países dieron el visto bueno a las reglas para la aplicación del Acuerdo sobre el Clima de París.

El texto acordado incluye un llamamiento a los estados para que refuercen sus planes para reducir emisiones de gases de efecto invernadero antes de la próxima ronda de negociaciones, prevista para 2020.

También pide a los países desarrollados que indiquen cuál es el tipo de ayuda que piensan ofrecer a los países más pobres para que estén más preparados para hacer frente a los desastres naturales y para disponer de mayores fuentes de energía limpia.

Algunos de los asistentes al encuentro manifestaron su frustración por considerar que lo que se acordó es poco, si se toma en consideración que las emisiones de gases de efecto invernadero siguen aumentando y que hay millones de personas en el mundo expuestas a los riesgos relacionados con la creciente crisis climática.

Sin embargo, otros fueron más optimistas al señalar que se están sentando unas bases sobre las cuales se puede seguir construyendo.

“Dado el contexto geopolítico general, este es un resultado bastante sólido. Nos ofrece lo que necesitamos para hacer despegar el Acuerdo de París”, dijo Elliot Diringer, vicepresidente ejecutivo del Centro para el Clima y las Soluciones Energéticas, al diario The New York Times.

¿El regreso de Estados Unidos?

Entre los 196 estados que participaron en las negociaciones, uno de los más activos fue Estados Unidos, que acudió al encuentro pese a que en 2016 el presidente Donald Trump anunció su decisión de retirarse del Acuerdo de París.

La participación estadounidense fue posible debido a que formalmente el país no puede abandonar ese pacto hasta finales del año 2020.

En cualquier caso, la participación de Estados Unidos parece haber ido mucho más allá de lo que se espera de un país que no tiene interés en el acuerdo.

Los países que firmaron el acuerdo se comprometen a reducir sus emisiones de carbono.

Según reseñó The New York Times, la delegación estadounidense estuvo trabajando de forma constructiva con China tras bambalinas sobre las reglas de transparencia, un tema que los había mantenido enfrentados pues mientras Pekín quería unas normas distintas para los países en desarrollo, Washington quería que todos los estados tuvieran que cumplir con las mismas reglas.

Y eso fue lo acordado.

“El elemento clave fue tener un buen sistema de transparencia porque permite construir confianza entre los países y porque podemos medir lo que se está haciendo y es suficientemente preciso”, comentó Laurence Tubiana, una de las constructoras del Acuerdo de París, a la BBC.

Tubiana dijo que países como Rusia, que se han negado a ratificar el Acuerdo de París con el argumento de que no tenían certeza sobre las reglas para su aplicación, ya no pueden usar esa justificación.

Trump dijo en 2017 que abandonar el Acuerdo de París ayudaría a las industrias de petróleo y carbón de su país y a la generación de empleos.

“Eso me alegra. Nadie puede decir que no es claro, que no saben qué hacer o que no es cierto. Es muy claro”, agregó.

Ese incremento en la transparencia también responde a una demanda clave de Estados Unidos, que quería unas mismas reglas de juego para todos los países.

Esto -y el hecho de que los enviados de Washington hayan validado el nuevo pacto- creó expectativas entre algunos activistas sobre la posibilidad de que la Casa Blanca revierta su decisión o, en última instancia, de que un futuro presidente decida volver al Acuerdo de París.

 

No sería una decisión cualquiera, considerando que se trata del segundo país que emite más gases de efecto invernadero en el mundo.

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