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Entre mate y mate y la inseparable guitarra, el líder de La Beriso, Rolo Sartorio, se enganchó en el Facebook Live de La Capital para repasar la trayectoria de la banda, hablar de violencia de género y compartir algunos momentos de su vida. Fue jugador de fútbol, vendedor de ropa, remisero y hasta hace algunos años hacía fletes con una F-100 para mantener a su familia. La banda de Avellaneda presenta este sábado, en Metropolitano, “Pecado capital”, su sexto disco en estudio, aunque Rolo admitió que el de venir a tocar es “sólo una excusa” para volver a una ciudad que les sienta bien.
El cantante y compositor disfruta de su presente exitoso por el que atraviesa La Beriso y del privilegio que representa vivir de la música. Sin embargo, no olvida su Avellaneda natal. De hecho, se aferra a sus hijos y esposa cada vez que baja del escenario y no duda un instante en cambiar el éxito del grupo por volver a tener a sus hermanas Mariana y Marcela, a quienes vio cómo el cáncer les arrebató la vida en un puñado de años.
“Parece que la explosión de la banda fue en los últimos dos años, pero estamos tocando hace más de 20”, cuenta Rolo, quien se caracteriza por su parsimonia sencillez a la hora de hablar mates de por medio. A propósito, agrega que hace siete años que vienen con La Beriso a Rosario, donde pasaron por García Bar hasta Willie Dixon. “Siempre nos gusta venir a tocar a Rosario, es una ciudad muy linda y la pasamos muy bien”, destaca.
A la hora de definir a la banda con un sello distintivo, coincide con la “transparencia y sacrificio”, propio del esfuerzo que vienen sosteniendo desde hace casi 20 años en los que pateaban con sus familias para todos lados. “Los recitales de La Beriso en la costa eran las vacaciones de la familia”, señala Rolo.
Por otra parte, confesó que dejó la escuela secundaria porque le aburría, pero que no es el ejemplo que pretende para sus hijos Joaquín y Lola. También admitió que el algún momento de su vida quiso ser jugador de fútbol, pero “había mucha mugre en inferiores y decidí irme”.
Hoy por hoy, el artista disfruta de las giras y la productiva actividad de la banda, que le permite vivir sin necesidad que tener que generar una entrada económica extra. “En 2013 me echaron del trabajo y me la jugué; hoy vivo de esto, no tuve que volver a laburar y espero no tener que volver a hacerlo nunca más”, resume.
El momento más duro de la nota fue cuando se refirió a sus hermanas, a quienes perdió en 2004 y 2007, respectivamente, víctimas de sendas enfermedades irreversibles. “La banda empieza a crecer cuando empiezo a escribir acerca de mi tragedia familiar. Hoy por hoy tiraría el éxito por que me den a mis hermanas. Me voy a laburar de fletero si fuese necesario”, reflexionó.
También habló de los hechos de violencia de género al que le dedicó temas como “Ella y tres mujeres”. En ese sentido opinó: “Creo que está bueno que las mujeres se sientan identificadas y defiendan sus derechos. No está bueno que aparezcan chicas muertas en todos lados”
Fuente: La Capital