Argentina reveló algunos de los misterios que esconde la estación espacial de China en Neuquén

La Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE), que dirige Raúl Kulichevsky, contestó a un pedido de informes presentado por Infobae sobre varios puntos del ambicioso proyecto que Beijing tiene en la Argentina con fines presuntamente pacíficos.

Por un lado, la Argentina colaboró desde abril del año pasado en el proyecto Chang-E 4 que investigó el lado oculto de la Luna y se acaba de conocer hace unas semanas a nivel mundial. Los científicos argentinos pueden ingresar allí solo una vez al día ya que el manejo de la estación de Bajada del Agrio está a cargo de funcionarios chinos.

Por otra parte, hay dos objetivos concretos que persigue hoy esta base de avistaje lunar de 200 kilómetros cuadrados: observación radioastronómica y controles de telemetría, telecomando y control de misiones interplanetarias al espacio profundo.

El 13 de diciembre pasado, las autoridades de la CONAE recibieron la visita de la delegación china presidida por el Consejero Superior de la agencia China Launch and Tracking Control General (CLTC), Huang Quisheng, junto a representantes de Xi’an Satellite Control Center (XSCC), Beijing Aerospace Command Center (BACC) y Beijing Institute of Tracking and Telecommunication Technology (BITTT). Todas estas son las agencias espaciales que están a cargo de la base de Neuquén y que dependen directamente de los altos mandos del Ejército Popular de China.

Los visitantes chinos expresaron el agradecimiento a las autoridades de la CONAE por el apoyo brindado a la estación de Neuquén para lograr con éxito la misión Chang-E 4, lanzada al espacio el día 8 de diciembre del 2018 desde la plataforma de lanzamiento en Xichang, en China, con el objetivo de explorar el lado oculto de la Luna. El módulo Chang-E 4 ya orbita el satélite terrestre, paso previo al primer alunizaje en el lado oculto de la Luna.

Los agradecimientos de China hacia la Argentina no son para menos: la agencia CLTC operará en Neuquén durante 50 años con exención impositiva en un espacio de 200 hectáreas donde hoy los únicos que manejan esa estación son funcionarios chinos y la CONAE solo puede obtener datos de la gigante antena durante 1,40 hora por día. Todo esto, gracias a una ley aprobada durante el mandato de Cristina Kirchner a la que después Mauricio Macri le agregó una adenda para especificar el uso pacífico de la estación espacial.

Hay una gran diferencia entre la estación espacial de Malargüe y la de Neuquén: la de la UE depende de una agencia civil; la de Bajada del Agrio recibe órdenes del Ejército Popular de China

En la reunión que hubo en diciembre entre autoridades de la CONAE y la agencia espacial china se evaluaron los futuros pasos para ampliar la cooperación entre ambas instituciones. Esto es: extender el plazo para que la Argentina pueda sacar más provecho que apenas 1 hora 40 minutos diarios. Pero según trascendió hasta ahora no se llegó a ningún acuerdo sobre este sensible punto.

A partir de un pedido de informes que se requirió a las autoridades de la CONAE se pudo saber que en la estación de Neuquén se está brindando “soporte de telemetría, seguimiento y control de las misiones del Programa Chino para Exploración de la Luna y programas de investigación científica del espacio lejano”.

Desde que empezó a operar en abril del año pasado, esta estación espacial en la localidad de Bajada del Agrio se convirtió en una de las tres estaciones en el mundo (junto a otras dos que están en China) dedicadas exclusivamente a dar soporte terrestre a la misión Chang-E 4.

“Para la Argentina, brindar apoyo a la instalación de la estación de Neuquén conlleva el beneficio de su uso por parte de nuestra comunidad científica para proyectos nacionales y/o en cooperación internacional, y ha abierto camino para nuevos proyectos espaciales a los que se sumará la Argentina”.

Este beneficio se orienta, en principio, en dos direcciones: el uso para observación radioastronómica y para telemetría, telecomando y control de misiones interplanetarias al espacio profundo. Ya se comenzaron a realizar observaciones radioastronómicas por parte de investigadores argentinos, con el objeto de acercar esta tecnología de punta a la comunidad científica local y crear capacidades nacionales para su aplicación.

La CONAE explicó que, al igual que en el caso de la antena Deep Space 3 de la Agencia Espacial Europea en Malargüe, Mendoza, se trata de una tecnología que permite que las observaciones sean realizadas en forma remota. Sin embargo, Infobae pudo saber por información de la diplomacia de la Unión Europea y de Estados Unidos que hay una gran diferencia entre la estación espacial de Malargüe y la de Neuquén: la de la UE depende de una agencia civil mientras que la de Bajada del Agrio recibe órdenes directas del Ejército Popular de China.

En este contexto, no son pocos los investigadores y diplomáticos extranjeros que han cuestionado el eventual uso dual que podría darle China a esta base de Neuquén. Concretamente, se especula con la eventual intercepción de satélites de Estados Unidos o de la UE por parte de China.

INFOBAE

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