El Galpón 17 de la Franja Joven junto al río Paraná, a metros del Monumento, fue testigo en la tarde de ayer del primera subasta pública de bienes incautados al delito. Se remataron 17 vehículos de alta gama y contó con un importante gesto de aceptación de la gente, ya que más de 600 asistentes, a pesar de la lluvia, se acercaron para tratar de quedarse con alguna de esas tentadoras unidades. De acuerdo a lo informado por el gobierno de la provincia, se recaudaron 4.045.000 pesos, que serán destinados a tareas de interés social.
Si bien iban a ser 18 los lotes a disponer para la puja, una medida judicial de último momento obligó a sacar de consideración el lote 14, que tenía una Ford Ranger 4×2. Más allá de esa determinación, que se respetó sin inconvenientes, todo transcurrió con absoluta normalidad, una fervorosa y animada participación de la platea, y con autoridades provinciales que supervisaron el acto, como el ministro de Seguridad, Maximiliano Pullaro; el ministro de Justicia, Ricardo Silberstein, y el secretario de Gestión Pública, Matías Figueroa Escauriza.
El mal clima no impidió el desarrollo de una sesión histórica, que marcó un primer mojón, tanto en la provincia como a nivel nacional. Es que es la primera vez que se toman bienes provenientes del delito para quitarle recursos a ese sector, y generar ingresos para el Estado. “Este es un primer paso, pero vamos a seguir en este mismo sentido, porque le queremos quitar capacidad de operación a los delincuentes que muestran que siguen operativos a pesar de que están detenidos o bajo disposición judicial. Seguiremos con todo contra ellos”, remarcó Pullaro antes del remate.
Con esa sensación de estar comenzando un camino nuevo, y dejando precedentes formales para la acción del Estado contra el narcotráfico y otros sistemas delictivos, la jornada transcurrió repleta de emociones, con un público variado, en rango etario y en nivel social. Contrariamente a lo que se podía suponer, ya que se trataba de autos de alta gama, hubo parejas, familias, mujeres embarazadas, trabajadores, profesionales, curiosos, y muchos mecánicos que intervinieron en la emocionante subasta.
Bajo un celoso operativo de seguridad, minutos después de las 17 comenzó el remate. Con la dirección de 12 martilleros públicos, 8 de Rosario, y 4 de Santa Fe, que colaboraron con la divertida pelea por cada lote, el encuentro se extendió por alrededor de dos horas.
A pesar de que hubo más de 3.500 interesados de todo el país que se inscribieron para estar en condiciones de participar, hubo más de 600 que no se dejaron vencer por la lluvia, acudieron a la cita y se esforzaron para estirar sus bolsillos detrás de la intención de aprovechar un grupo de autos de alta gama que estaban con precios base que rondaban el 60 por ciento de su valor en el mercado.
De esa manera, el martillero rosarino, Marcelo Moro, vendió el primer lote que tenía un Mini Cooper 2008, que arrancó con una base de 140 mil pesos y se fue por 300 mil pesos, al participante 1.638. De ahí en más, todo fue puja, siempre en pesos, a veces de a mil, a veces de a cinco mil, y otras de a diez mil. Casi todos los lotes contaron con un fuerte protagonismo de los oferentes que se envalentonaron y levantaron agitadamente sus manos al ritmo del oficio de los martilleros.
El lote por el que más se pagó fue el número 7, que exhibía un Peugeot 208 full 2017, que inició con un piso de 330 mil pesos y fue entregado en 455 mil pesos, la cantidad más alta de todo el acontecimiento.
Justamente, el lote anterior (6), fue el que menos recaudó. Fue por un Mercedez Benz Clase A 2001, que empezó en 57 mil pesos y fue cedido en 80 mil pesos.
Hubo de todo
El resto de los lotes ofreció un amplio abanico de vehículos. Entre los de alta gama estuvieron un BMW 330 2006, vendido en 292 mil pesos; un BMW 323 2008 (290 mil); un BMW 2007 (305 mil); un BMW 325 2009 (402 mil), y un Renault Duster 2017 (421 mil).
Y entre los más accesibles estuvieron un Renault Clio 2014 (131 mil), Chevrolet S10 2002 (125 mil); Vitara 2001 (130 mil) y Kangoo 2011 (196 mil). Todo transcurrió sin inconvenientes, sólo que algunos lotes tuvieron que ponerse de nuevo en remate ya que los compradores no cumplían con los requisitos.
Cada ganador de lote tuvo que abonar el 10 por ciento de seña en el momento y tiene 10 días para terminar de pagar la unidad. El tiempo de entrega es de 30 días. Y cada auto arranca una vida formal nueva, con otra chapa patente y con su pasado borrado para no generar problemas a los compradores.
El grupo de vehículos tenía una precio base total de 2.417.000 pesos y la recaudación total fue de 4.045.000 pesos. Un éxito que se convirtió en un válido precedente para que se continúe aplicando este sistema de incautación a los bienes del delito, y la subasta pública como un aleccionador método que busca impactar de lleno en el patrimonio de las organizaciones delictivas.
“Vamos a seguir con estas subastas, porque le queremos quitar capacidad de operación a los delincuentes”
Salud y educación
“Lo recaudado irá a políticas sociales, y también a cubrir a las víctimas que sufrieron perjuicio económico por estas organizaciones”, remarcó el secretario de Gestión Pública, Matías Figueroa Escauriza. Y aclaró que “el resto se aplicará en salud y educación, para que vuelva a la sociedad lo que los criminales de alguna manera le quitaron”.
Fuente: lacapital.com.ar