UNICEF Argentina lanzó la campaña “El hambre no tiene final feliz” con el objetivo de difundir la situación de pobreza que enfrentan niños y niñas desde hace muchos años. Según el informe, un millón de niñas y niños se van a la cama sin cenar en el país.
En muchos casos, además, estos chicos y chicas ven vulnerados otros derechos: no van a la escuela, tienen que salir tempranamente a trabajar, viven hacinados o en vivien- das que no tienen baño o acceso al agua segura. Al analizar estas dos miradas de la pobreza se observa que 7 de cada 10 niñas y niños experimentan carencias, ya sea monetarias o privaciones en el ejercicio de algunos de estos derechos como la educación, protección, vivienda digna.
“En un 52% de los casos, los hogares tuvieron que dejar de comprar algún alimento por falta de dinero, 11 puntos más que en 2023 y el valor más alto de toda la serie. Son 3,3 millones los espacios en donde viven casi 7 millones de chicas y chicos. Un 90% optó por no adquirir leche, carnes y otros lácteos. Sube a 67% en Hogares con Asignación Universal por Hijo y con Prestación Alimentar”, señala la organización.
Así es como se reducen significativamente los productos con mayor nivel nutricional y aumentan aquellos más baratos.
Cómo conclusión, Unicef menciona que hay “restricciones de ingresos, endeudamiento, limitaciones en el acceso a alimentos y empeoramiento de la calidad de las dietas, insuficiencia de la capacidad de protección de las transferencias de ingresos en un contexto inflacionario”.
Es por eso, que “el bienestar de la niñez y adolescencia debe ser la principal prioridad de la agenda pública. El esfuerzo realizado por UNICEF en sostener de manera periódica una encuesta sobre las condiciones de vida de los hogares con niñas, niños y adolescentes permite monitorear el estado de diversas dimensiones del bienestar de esta población. Se espera de esta manera poder contribuir a informar el debate público y brindar herramientas para la toma de decisiones”, cierra el comunicado.