Se vivió un día muy especial en todo Francia. A lo largo de unas horas, el país se detuvo por completo para vivir todos juntos el partido ante Bélgica y hacer fuerza para conseguir el pasaje a la final del Mundial de Rusia 2018.
Se suspendieron los trabajos legislativos. Mientras, los bares y restaurantes lucieron repletos, incluso, desde horas antes del duelo. Y en distintos puntos clave se colocaron pantallas gigantes para que nadie se quedara afuera de este gran momento.
Y con la alegría de la victoria, estalló la locura. Miles de fanáticos salieron a las calles a celebrar la clasificación a un nuevo encuentro decisivo en una Copa del Mundo: será la tercera vez, luego de consagrarse campeones en 1998 (le ganó 3-0 a Brasil) y quedarse con el segundo puesto en 2006 (cayó por penales ante Italia).
En París fue donde más fanáticos se juntaron. Con camisetas, banderas y todo el color, los hinchas coparon el Arco del Triunfo y se quedaron cantando hasta largas horas de la noche. Hasta que estallaron los incidentes.
Cerca de la 12 de la noche, las fuerzas policiales buscaron liberar la zona y dispersar a los presentes. Muchos de ellos reaccionaron mal y se registraron fuertes cruces con las autoridades.
En medio de este clima, los franceses se preparan para la gran final: será el domingo a las 12 y el rival se conocerá recién el miércoles: saldrá del ganador del encuentro que disputarán Croacia e Inglaterra.
Fuente: TN
