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La denominada “bola de nieve de Leliq”, popularizada en los últimos días por Javier Milei, se derrite en los días previos a la asunción del nuevo gobierno de La Libertad Avanza.
El nivel de renovación de Letras de Liquidez de los bancos, tanto públicos como privados, tocó un nuevo mínimo al alcanzar sólo el 1,8% del total que vencía en la jornada del martes.
En consecuencia, el plan del próximo ministro de Economía, Luis Caputo, para “desarmar” los pasivos remunerados del Banco Central deberá concentrarse más en los Pases a 1 día que en los títulos con 30 días de plazo.
El vencimiento del martes ascendía a $1,7 billones repartidos 60% en bancos públicos y el otro 40% en los privados. De ese total, el Banco Central apenas logró renovar $28.648 millones. Esto marca una nueva reducción respecto de la operación anterior, cuando se adjudicó un 2,8% del vencimiento (en el que los privados renovaron apenas 1,9%).
Los pesos que salen de las Leliq terminan integrando el stock de Pases. Sin embargo, al 30 de noviembre, se detectó que un monto por $ 2 billones tampoco fueron a Pases, con lo cual se redujo el volumen de la deuda financiera del Central.
De todas formas, los pasivos remunerados totales superan hoy los $22 billones, de los cuales ahora las Leliq representan apenas $6 billones, el menor stock desde 2018, según publicó el analista de Romano Group, Salvador Vitelli.
Con todo, el conjunto de medidas destinadas a dar solución a los pasivos remunerados que define Caputo quedó bautizado como el plan para desarmar la bola de Leliq, consistente en orientar esa liquidez a títulos del Tesoro, aunque los detalles del programa aún no se dieron a conocer públicamente.