Las plataformas extranjeras audiovisuales o de intermediación de servicios, como Airbnb o Cabify, pagarán impuestos en todo el país.
La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) anunció que comenzará a cobrarle impuestos a las plataformas digitales de servicios como Netflix, Spotify o Airbnb. El fisco ordenará a las tarjetas de crédito a que oficien de agentes de retención, según explicó el titular del organismo, Alberto Abad, durante una conferencia de prensa que dio en la provincia de Córdoba.
El jefe de la institución tributaria señaló hace semanas sobre la problemática de gravar y bancarizar este tipo de empresas digitales, que están en franco crecimiento, y que traen aparejados inconvenientes para un sistema tributario “basado en lo tangible”. De hecho, invitó a ver la serie Black Mirror para manifestar la magnitud del impacto del mercado de lo virtual en la interacción social.
Abad resaltó el desafío de la denominada “economía colaborativa”, que une demandantes y oferentes sin intermediarios pero que están interconectados digitalmente. “Airbnb no posee inmuebles, pero alquila millones de inmuebles en todos los centros de veraneo; Facebook no crea contenidos, Netflix no usa cables, UBER no posee vehículos, Alibaba no posee inventarios y Whatsapp no es una telefónica. Es la desmaterialización total de la economía, y esto trae problemas para los esquemas normativos”, expresó en un evento realizado en el predio de La Rural, en el barrio porteño de Palermo.
“Desaparece la intermediación, y el que junta a las dos puntas hace un gran negocio. El canal de cable que compite con este servicio paga impuestos, ¿por qué no una plataforma?”, se preguntó Abad. “Desde nuestra visión, el elemento que une todo esto es la desmaterialización de la base imponible. ¿Dónde le cobramos a Netflix? ¿Dónde le cobramos a UBER? ¿Dónde le cobramos a Airbnb? Esto tiene un impacto fundamental en el financiamiento de los países, y el financiamiento está asociado a la calidad de vida de los ciudadanos”, justificó. “No es un tema menor”, insistió.
Las plataformas digitales ya realizan aportes al fisco en varios países de la región, y también algunas partes del territorio nacional. La ciudad de Buenos Aires fue la primera en hacer un planteo de estas características a fines de 2014, cuando el gobierno porteño -a cargo entonces de Mauricio Macri- ganó un juicio en tribunales para la aplicación de un gravamen del 3% como anticipo del pago de Ingresos Brutos de servicios como Netflix, que están radicados en el exterior.
Alberto Abad, titular de la AFIP (Télam)
Alberto Abad, titular de la AFIP (Télam)
Luego le tocó el turno a la provincia de Santa Fe: la Legislatura provincial avaló también el cobro de una alícuota del 3,6% de Ingresos Brutos a las empresas que comercialicen en forma electrónica entretenimientos audiovisuales. El 25% de lo recaudado se destina al desarrollo de las industrias de base cultural de la provincia.
Rubén Galassi, diputado socialista y autor de la iniciativa, fundamentó esta redistribución en que compañías como Netflix son “multinacionales que no generan trabajo en el país y no tributan un solo centavo” en la provincia de Santa Fe. “Con esta ley se autoriza al Ejecutivo provincial para que establezca mecanismos para que este tipo de empresas también tributen”, indicó.
El debate en torno a la fiscalización de la economía “desmaterializada” también se produce en la costa oriental del Río de la Plata, en Uruguay. El Frente Amplio incluyó cambios en su proyecto de presupuesto en los que implementa impuestos para las plataformas que ofrecen series, películas, música, transmisiones de TV; o intermedian en la prestación de servicios de diverso tipo, como UBER, Cabify o Airbnb. Según la propuesta de un diputado que introdujo las modificatorias, los recursos recaudados deberán destinarse a centros de primera infancia.
Por ahora, se desconoce si las empresas digitales trasladarán el nuevo costo impositivo al precio de sus productos.
Un plan para ampliar la base imponible
El objetivo de la AFIP es expandir la base impositiva sobre la cual recaudar, a partir del avance sobre actividades que están desreguladas en términos tributarios, como la mencionada “economía digital”; el aumento de la bancarización a través de la obligatoriedad del pago electrónico de los consumos e impuestos; y profundizar la formalización en rubros como el comercio minorista y los mercados inmobiliarios y de la carne.
Para el caso de las escrituras de compra y venta de inmuebles, el organismo tributario busca desalentar el uso del dinero en efectivo a partir de la firma de un decreto en preparación. La norma exigirá la percepción de los escribanos, como agentes de retención, de un monto de Impuesto a las Ganancias y Bienes Personales más alto del que rige actualmente cuando la operación se concrete con dinero “cash”. Para las transacciones que se cierren por vía bancaria, se mantendrá el régimen y las exigencias vigentes.
En el caso de los comercios, se exigirá la obligatoriedad de aceptar el pago con dinero electrónico (tarjeta de débito), aun cuando el cliente mantenga el derecho de pago en efectivo. En simultáneo, los locales deberán pagar todos los impuestos y emitir sus facturas por vía electrónica.
“A septiembre de 2017, todo el comercio, esto es los hoteles, los restaurantes, los profesionales independientes (contadores, psicólogos, arquitectos y médicos) que por lo general no saben lo que es una factura, van a tener que poner su post y habilitar el pago con tarjeta de débito. A diciembre de 2017, todo el sistema va a tener que cumplir con la obligatoriedad, y en marzo de 2018 vamos a incluir a los monotributistas”, sostuvo Abad.
La AFIP espera cerrar el año con unos 700.000 equipos posnet en funcionamiento; lo que implicaría un crecimiento anual de unos 200.000 aparatos. “El camino para reducir la presión fiscal es aumentar la base, lograr una distribución más equitativa de las cargas”, consideró Abad.
Fuente: Infobae