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Con una larga barba blanca, pálido, desprolijo al punto de ser desinfectado antes de que lo viera un médico, maniatado por oficiales de la policía de civil y al grito de “Gran Bretaña resista a la presión de la administración Trump”, el fundador de Wikileaks, Julian Assange, terminó este jueves esposado su asilo de siete años en la embajada de Ecuador en Londres.
Una saga diplomática a la que largas negociaciones anglo-ecuatorianas pusieron punto final y permitieron que se violaran las leyes internacionales de asilo político. La revocación del asilo y de su nueva nacionalidad ecuatoriana es considerada “ilegal” por Amnesty Internacional.
“Esto es ilegal. Yo no salgo”, gritaba Assange cuando cinco policías de civil lo empujaron hacia la puerta y lo subieron a un furgón policial de detenidos en Knightsbridge, el barrio más caro de Londres.
Pocas horas después de su detención en la pequeña residencia diplomática frente a Harrods, Michael Snow, un juez distrital de la corte de Westminster, lo declaró “culpable de no rendirse ante la justicia” el 29 de junio del 2012 y refugiarse en la embajada. La sentencia de hasta 12 meses de prisión por “ruptura de las condiciones de su libertad provisional” se conocerá el mes próximo y la emitirá el tribunal de Southwark, en el Sur de Londres. Probablemente deba cumplir su condena en la cárcel de Wandsworth, en Gran Bretaña.
Simultáneamente llegó a la justicia británica un pedido de extradición norteamericano por la filtración de miles de cables diplomáticos sensibles a través de su website, WikiLeaks .Un proceso que puede llegar a tomar dos años y que Assange proyecta apelar. El miedo a esa extradición decidió su pedido de asilo a Ecuador. La extradición es otra de las razones por las que está arrestado. Las autoridades estadounidenses informaron que podría ser condenado a cinco años de prisión si es culpable de hackear documentos clasificados.
Assange se asiló cuando perdió su batalla legal para no ser extraditado a Suecia por supuesta violación a dos mujeres. Ahora las autoridades suecas están considerando reabrir el caso y volver a pedir su extradición porque uno de los casos por violación aún no ha prescripto. Los abogados de Assange apelarán todo el proceso desde el tribunal de Apelaciones, la Corte Suprema de Justicia y potencialmente, la Corte de Justicia de la Unión Europea. Un camino legal que llevará como mínimo otros dos años.
Assange fue “desinfectado” al ser detenido y sometido a una consulta médica ante el temor de las autoridades por su salud física y mental. Su falta de higiene, sus problemas intestinales, la imposibilidad de ser tratado en un hospital porque los británicos no le otorgaban un salvoconducto de salida convirtieron el día a día de su vínculo con los diplomáticos de la embajada en “una relación imposible”.
Con una camisa blanca, traje negro, y el cabello recogido en una colita, Assange leía el libro “Historia de la Seguridad Nacional de un Estado” de Gore Vidal cuando el juez repasaba sus cargos, en una galería repleta de periodistas. Se consideró “no culpable” ante el magistrado mientras los manifestantes en protesta rodeaban la corte al grito de “No extradición”. Assange no va a dar testimonio y considera que no tendrá un “juicio justo”. “Una acusación risible”, respondió el juez. Aseguró que Assange tiene la “conducta de un narcisista que no puede tener en cuenta nada más que sus propios intereses.”
El vicecanciller Alan Duncan informó que la política británica es “no conceder la extradición a un país donde el acusado puede ser condenado a muerte”. No explicó qué sucedería si el gobierno estadounidense da garantías a la justicia y al gobierno británico de que no será ejecutado.
Guy Goodwin Gill, profesor de legislación de asilo en la universidad de Oxford, dijo que las autoridades británicas no han roto la ley internacional “porque hicieron lo correcto: pedir autorización a los ecuatorianos para entrar a su embajada y arrestarlo”.
“Pero si Assange tiene fundamentadas razones para temer que Gran Bretaña lo va a extraditar a Estados Unidos y que Estados Unidos lo torturará o perseguirá, Ecuador puede haber violado la ley internacional al permitir el ingreso de la policía”, explicó el doctor Kevin John Heller, profesor de legislación criminal de la London University.
Geoffrey Robertson, uno de los abogados más importantes en derechos humanos y que defendió a Assange en Gran Bretaña, dijo que “Ecuador ha hecho una grave violación del derecho de asilo”.El ex presidente Rafael Correa acusó al actual presidente ecuatoriano Lenin Moreno de “traición”.
La Cancillería ecuatoriana admitió que le retiró el asilo que le había concedido el ex presidente Rafael Correa “por violar las condiciones”. Fotos privadas del presidente ecuatoriano fueron publicadas hace dos semanas y las sospechas cayeron sobre WikiLeaks y su fundador.
En un comunicado, el presidente de Ecuador Lenín Moreno explicó que el asilo de Assange “se había vuelto insostenible” y lo acusó de interferir en “asuntos de otros estados” cuando estaba en el interior de la embajada. “Él ha violado claramente todas las provisiones de las convenciones sobre asilo diplomático”, dijo, tras citar las filtraciones sobre el Vaticano. Denunció que dos días atrás amenazó al gobierno de Ecuador. “Mi gobierno no tiene nada que temer y no actúa bajo amenazas”, dice el comunicado.
El canciller británico Jeremy Hunt agradeció al presidente ecuatoriano Lenin Moreno. “Assange no es un héroe”, dijo.
WikiLeaks informó que “Ecuador ha terminado ilegalmente el asilo político en violación con la ley internacional”. También denunció una larga operación de espionaje alrededor de Assange por parte de las autoridades.
La convivencia entre el australiano Assange y los diplomáticos ecuatorianos estaba rota en la pequeña embajada. Le habían otorgado un baño, una pequeña habitación y hasta tuvo un gato. Pero tenía serios problemas de mala higiene y convivencia. En marzo le cortaron la Internet definitivamente y le prohibieron las visitas.
Ante la inicial solidaridad del periodismo internacional, Assange fue perdiendo sus apoyos por su conducta y las sospechas por sus relaciones con Moscú. The Guardian, que lo defendió inicialmente, se acaba de pronunciar asegurando que sería equivocado extraditar a Assange tras su asilo. El gobierno ruso repudió la ruptura de su asilo y afirmó que “la mano de la democracia aprieta la garganta de la libertad”.