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El lunes 26, Carlos Rottemberg recibió un reconocimiento en el Congreso de la Nación por ser la persona que más teatros construyó en la Argentina. Y a días del comienzo de una nueva temporada veraniega con diversos espectáculos en Mar del Plata, Villa Carlos Paz y Buenos Aires entre otro lugares del país, nadie mejor para analizar la actividad en un contexto económico complicado.
“La temporada 2018 que termina acompañó la caída de cualquier actividad comercial, dato que comparte la estadística oficial y de cualquier consultora. El teatro no podía quedar afuera de ese dato duro, máxime no tratándose de un artículo de primera necesidad, cuyo principal ‘cliente’ es la clase media, muy golpeada en el bolsillo familiar y con otras prioridades primarias”, expresa el empresario teatral en diálogo con Exitoína. “Se produce un ‘choque de planetas’ cuando una entrada al teatro es cara para el potencial espectador, a la vez que insuficiente para el productor. Símbolo de crisis resulta la insatisfacción de ambos”.
“Cuando llegó el tarifazo, no me preocupaba el costo propio de las salas (además, algo atrasados), sino ese mismo problema trasladado al bolsillo familiar. Si la demanda no hubiese caído, el costo propio quedaría licuado entre lo vendido. No fue el caso”, explica Rottermberg, que en septiembre pasado, y pese a la situación del país, apostó a un nuevo proyecto e inauguró el Multitabaris, el nuevo complejo sobre la calle Corrientes.
Comparando con lo que se vivió el año anterior, el empresario tiene su teoría para lo que se viene. “Un resultado de eso se vivió en Mar del Plata 2017, cuando varias salas se mantuvieron cerradas también en verano, después de todo un invierno deficitario. A esa temporada la llamé anticipadamente como ‘cauta’. A la que llega en centros de veraneo la bautizaré como ‘Temporada de la Contracorriente’: una corriente baja en el consumo por los guarismos del año, en contraposición con un peso devaluado que traccionaría a un sector a vacacionar en el país. Final abierto para saber cuál corriente se impone”, asegura.
“Los aumentos de los precios de las entradas sostengo que deben ser más similares a las paritarias que a la inflación. A las pruebas me remito con el ejemplo de Mar del Plata: Sugar cobraba en 2018 (hasta despedirse en Buenos Aires) la platea más alta a $950. Para el verano 2019 la más alta la fijamos en 900 y con opciones de 700. Musicales como Jaula de las locas o la revista del Atlas, van con $800 el precio más alto, cuando ese fue el precio de comedia en 2018“, anticipa y agrega que habrá obras, como Chorros, con valores promocionales de $200 para los menores de 18 años. “En este caso, la idea del precio no es solo por lo económico: queremos marcar que es para niños y jóvenes realmente. Así una familia tipo podrá gastar 1.600 entre cuatro, y hasta dos pibas de 17 pueden ir solas al teatro por solo $400 entre las dos“.
¿Qué pasa con los recitales gratuitos que suele promocionar la gobernación de Buenos Aires? Vale recordar que durante la gestión de Daniel Scioli comenzaron a florecer los shows abiertos a todo el público en Mar del Plata, y que despertó las quejas de los artistas y empresarios, porque aseguraban que les sacaban público a las obras.
“Nunca me opuse a los recitales. Me parece que una Capital del Espectáculo no es patrimonio de un grupo de empresarios teatrales. Lo que discuto es el contenido de esos recitales, que no son para nada gratuitos para el erario público. El Estado debe ser trampolín para el talento escondido. Es el espacio para poder mostrar que existía en Tucumán una Mercedes Sosa que el privado no arriesgaría en contratar por desconocida para la mayoría”, argumenta Rottemberg y ejemplifica: “Contratar estrellas del Luna Park o que llenan una cancha de fútbol con público pagante, me hace pensar que se busca más la foto y el efecto político que la defensa del hecho cultural que se publicita”.
El empresario cuenta que en diciembre cerrarán en Liceo para prepararlo para una nueva apuesta. “Después del exitazo de Piaf, con Elena Roger, quedamos con mi hijo Tomás en repensar consagrar el Liceo (el más antiguo del país) al Teatro Musical“, relata con la misma ilusión que mantuvo a los largo de sus 44 años de trayectoria: seguir apostando por el teatro.